‘Donde hay violencia, Dios está siendo agredido’

PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.
PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.
PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.
PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.
PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.
PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.
PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.
PLEGARIA. Monseñor Bertram Wick invita a todos, a elevar una continua oración al Sagrado Corazón de Jesús, al que el país está consagrado.

Frente a la situación que vive el Ecuador, a través de un comunicado de prensa, monseñor Bertram Wick, hace un llamado a la calma, al mismo tiempo que indica que con tristeza se constata un desmedido aumento de la violencia.

Indica que quienes llevan garrotes y piedras, no luchan cívicamente por un cambio de bien, sino que, están sembrando terror, daño y sangre. “Donde hay violencia, Dios está siendo agredido, incluso en aquél que lleva uniforme. ¡No derramen sangre humana, sangre de hermanos ecuatorianos! ¡No desechen el diálogo! Cuando se deja de hablar, la agresión gana terreno y lo destruye todo, todo se pierde”, puntualizó.

No somos enemigos

A decir del Obispo el diálogo debe ser sincero y honesto, sin estas características esenciales, sería un engaño y las mentiras terminan envenenándolo todo. “Hacemos un llamado a despojarse de las piedras lanzadas contra hermanos, para lastrar los muchos caminos de tierra que aún existen; a dejar los palos, que han sido fuente de agresión, para que sean el combustible que sirva para preparar los alimentos de las familias más necesitadas”.

Manifestó que somos un pueblo redimido, profundamente cristiano, y únicamente juntos podremos avanzar en la construcción de un Ecuador más vivible, más bello y más justo. “Lo lograremos sin palos ni piedras, sin robos ni vandalismo, sin manipulaciones ni egoístas pretensiones, sin intereses meramente políticos o de un partido, y sin faltar a nadie en su dignidad, pues es sagrada”.

Frente a la situación que vive el Ecuador, a través de un comunicado de prensa, monseñor Bertram Wick, hace un llamado a la calma, al mismo tiempo que indica que con tristeza se constata un desmedido aumento de la violencia.

Indica que quienes llevan garrotes y piedras, no luchan cívicamente por un cambio de bien, sino que, están sembrando terror, daño y sangre. “Donde hay violencia, Dios está siendo agredido, incluso en aquél que lleva uniforme. ¡No derramen sangre humana, sangre de hermanos ecuatorianos! ¡No desechen el diálogo! Cuando se deja de hablar, la agresión gana terreno y lo destruye todo, todo se pierde”, puntualizó.

No somos enemigos

A decir del Obispo el diálogo debe ser sincero y honesto, sin estas características esenciales, sería un engaño y las mentiras terminan envenenándolo todo. “Hacemos un llamado a despojarse de las piedras lanzadas contra hermanos, para lastrar los muchos caminos de tierra que aún existen; a dejar los palos, que han sido fuente de agresión, para que sean el combustible que sirva para preparar los alimentos de las familias más necesitadas”.

Manifestó que somos un pueblo redimido, profundamente cristiano, y únicamente juntos podremos avanzar en la construcción de un Ecuador más vivible, más bello y más justo. “Lo lograremos sin palos ni piedras, sin robos ni vandalismo, sin manipulaciones ni egoístas pretensiones, sin intereses meramente políticos o de un partido, y sin faltar a nadie en su dignidad, pues es sagrada”.

Frente a la situación que vive el Ecuador, a través de un comunicado de prensa, monseñor Bertram Wick, hace un llamado a la calma, al mismo tiempo que indica que con tristeza se constata un desmedido aumento de la violencia.

Indica que quienes llevan garrotes y piedras, no luchan cívicamente por un cambio de bien, sino que, están sembrando terror, daño y sangre. “Donde hay violencia, Dios está siendo agredido, incluso en aquél que lleva uniforme. ¡No derramen sangre humana, sangre de hermanos ecuatorianos! ¡No desechen el diálogo! Cuando se deja de hablar, la agresión gana terreno y lo destruye todo, todo se pierde”, puntualizó.

No somos enemigos

A decir del Obispo el diálogo debe ser sincero y honesto, sin estas características esenciales, sería un engaño y las mentiras terminan envenenándolo todo. “Hacemos un llamado a despojarse de las piedras lanzadas contra hermanos, para lastrar los muchos caminos de tierra que aún existen; a dejar los palos, que han sido fuente de agresión, para que sean el combustible que sirva para preparar los alimentos de las familias más necesitadas”.

Manifestó que somos un pueblo redimido, profundamente cristiano, y únicamente juntos podremos avanzar en la construcción de un Ecuador más vivible, más bello y más justo. “Lo lograremos sin palos ni piedras, sin robos ni vandalismo, sin manipulaciones ni egoístas pretensiones, sin intereses meramente políticos o de un partido, y sin faltar a nadie en su dignidad, pues es sagrada”.

Frente a la situación que vive el Ecuador, a través de un comunicado de prensa, monseñor Bertram Wick, hace un llamado a la calma, al mismo tiempo que indica que con tristeza se constata un desmedido aumento de la violencia.

Indica que quienes llevan garrotes y piedras, no luchan cívicamente por un cambio de bien, sino que, están sembrando terror, daño y sangre. “Donde hay violencia, Dios está siendo agredido, incluso en aquél que lleva uniforme. ¡No derramen sangre humana, sangre de hermanos ecuatorianos! ¡No desechen el diálogo! Cuando se deja de hablar, la agresión gana terreno y lo destruye todo, todo se pierde”, puntualizó.

No somos enemigos

A decir del Obispo el diálogo debe ser sincero y honesto, sin estas características esenciales, sería un engaño y las mentiras terminan envenenándolo todo. “Hacemos un llamado a despojarse de las piedras lanzadas contra hermanos, para lastrar los muchos caminos de tierra que aún existen; a dejar los palos, que han sido fuente de agresión, para que sean el combustible que sirva para preparar los alimentos de las familias más necesitadas”.

Manifestó que somos un pueblo redimido, profundamente cristiano, y únicamente juntos podremos avanzar en la construcción de un Ecuador más vivible, más bello y más justo. “Lo lograremos sin palos ni piedras, sin robos ni vandalismo, sin manipulaciones ni egoístas pretensiones, sin intereses meramente políticos o de un partido, y sin faltar a nadie en su dignidad, pues es sagrada”.