Ocupación y amenaza

Orlando Amores Terán

La amenaza de movilizaciones indígenas, narco-comunistas, pone en peligro la supervivencia del Estado democrático, coloca al país en situación excepcional, obliga a FFAA y PPNN a utilizar armas letales contra quienes atenten contra civiles, fuerza pública, bienes públicos o privados; ya que los DDHH de los agresores, terminan, donde comienza la vulneración de los DDHH de las demás personas.

Debemos entender que los narco-comunistas no desean la caída de Moreno, sino el colapso del sistema democrático. El régimen ya debió enjuiciar por terrorismo, a los dirigentes; tiene la ineludible obligación de defender la soberanía nacional, el patrimonio del país, garantizar la integridad física y psicológica del 90% de la población.

Conforme al mandato del Art. 3: 2, 7, 8 de la Constitución; los comandantes de Fuerza deben rebasar toda decisión política que no disponga la defensa de la Nación amenazada por terroristas apátridas que no aman el país, por eso lo saquean, lo destruyen.

No usar armas letales ante la agresión, no es prudencia. Es irresponsabilidad con el país y su gente. Para un narco-comunista, su ideología es más fuerte que los vínculos de sangre o el amor por la Patria, por eso su desapego con los bienes de la Nación.

FFAA y PPNN deben tratarlo como enemigo externo. Un narco-comunista, no es un compatriota, lucha por su ideal de una América al servicio del crimen organizado internacional, dirigido por la franquicia Irán-Cuba, auspiciado por Rusia y China, son cipayos que se constituyen en fuerza de ocupación, al servicio extranjero.

[email protected]

Orlando Amores Terán

La amenaza de movilizaciones indígenas, narco-comunistas, pone en peligro la supervivencia del Estado democrático, coloca al país en situación excepcional, obliga a FFAA y PPNN a utilizar armas letales contra quienes atenten contra civiles, fuerza pública, bienes públicos o privados; ya que los DDHH de los agresores, terminan, donde comienza la vulneración de los DDHH de las demás personas.

Debemos entender que los narco-comunistas no desean la caída de Moreno, sino el colapso del sistema democrático. El régimen ya debió enjuiciar por terrorismo, a los dirigentes; tiene la ineludible obligación de defender la soberanía nacional, el patrimonio del país, garantizar la integridad física y psicológica del 90% de la población.

Conforme al mandato del Art. 3: 2, 7, 8 de la Constitución; los comandantes de Fuerza deben rebasar toda decisión política que no disponga la defensa de la Nación amenazada por terroristas apátridas que no aman el país, por eso lo saquean, lo destruyen.

No usar armas letales ante la agresión, no es prudencia. Es irresponsabilidad con el país y su gente. Para un narco-comunista, su ideología es más fuerte que los vínculos de sangre o el amor por la Patria, por eso su desapego con los bienes de la Nación.

FFAA y PPNN deben tratarlo como enemigo externo. Un narco-comunista, no es un compatriota, lucha por su ideal de una América al servicio del crimen organizado internacional, dirigido por la franquicia Irán-Cuba, auspiciado por Rusia y China, son cipayos que se constituyen en fuerza de ocupación, al servicio extranjero.

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La amenaza de movilizaciones indígenas, narco-comunistas, pone en peligro la supervivencia del Estado democrático, coloca al país en situación excepcional, obliga a FFAA y PPNN a utilizar armas letales contra quienes atenten contra civiles, fuerza pública, bienes públicos o privados; ya que los DDHH de los agresores, terminan, donde comienza la vulneración de los DDHH de las demás personas.

Debemos entender que los narco-comunistas no desean la caída de Moreno, sino el colapso del sistema democrático. El régimen ya debió enjuiciar por terrorismo, a los dirigentes; tiene la ineludible obligación de defender la soberanía nacional, el patrimonio del país, garantizar la integridad física y psicológica del 90% de la población.

Conforme al mandato del Art. 3: 2, 7, 8 de la Constitución; los comandantes de Fuerza deben rebasar toda decisión política que no disponga la defensa de la Nación amenazada por terroristas apátridas que no aman el país, por eso lo saquean, lo destruyen.

No usar armas letales ante la agresión, no es prudencia. Es irresponsabilidad con el país y su gente. Para un narco-comunista, su ideología es más fuerte que los vínculos de sangre o el amor por la Patria, por eso su desapego con los bienes de la Nación.

FFAA y PPNN deben tratarlo como enemigo externo. Un narco-comunista, no es un compatriota, lucha por su ideal de una América al servicio del crimen organizado internacional, dirigido por la franquicia Irán-Cuba, auspiciado por Rusia y China, son cipayos que se constituyen en fuerza de ocupación, al servicio extranjero.

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La amenaza de movilizaciones indígenas, narco-comunistas, pone en peligro la supervivencia del Estado democrático, coloca al país en situación excepcional, obliga a FFAA y PPNN a utilizar armas letales contra quienes atenten contra civiles, fuerza pública, bienes públicos o privados; ya que los DDHH de los agresores, terminan, donde comienza la vulneración de los DDHH de las demás personas.

Debemos entender que los narco-comunistas no desean la caída de Moreno, sino el colapso del sistema democrático. El régimen ya debió enjuiciar por terrorismo, a los dirigentes; tiene la ineludible obligación de defender la soberanía nacional, el patrimonio del país, garantizar la integridad física y psicológica del 90% de la población.

Conforme al mandato del Art. 3: 2, 7, 8 de la Constitución; los comandantes de Fuerza deben rebasar toda decisión política que no disponga la defensa de la Nación amenazada por terroristas apátridas que no aman el país, por eso lo saquean, lo destruyen.

No usar armas letales ante la agresión, no es prudencia. Es irresponsabilidad con el país y su gente. Para un narco-comunista, su ideología es más fuerte que los vínculos de sangre o el amor por la Patria, por eso su desapego con los bienes de la Nación.

FFAA y PPNN deben tratarlo como enemigo externo. Un narco-comunista, no es un compatriota, lucha por su ideal de una América al servicio del crimen organizado internacional, dirigido por la franquicia Irán-Cuba, auspiciado por Rusia y China, son cipayos que se constituyen en fuerza de ocupación, al servicio extranjero.

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