Disciplina en crisis

En apenas 150 días, los ecuatorianos hemos sentido una crisis que amenaza una gran descomposición: ruda destrucción de ciudades, intención de desinstitucionalizar al país, problemas económicos y financieros, lenta decisión para castigar la corrupción, intereses geopolíticos malsanos; y ahora, el enigma de salud a nivel mundial.

La pandemia desatada está produciendo: incertidumbre, aislamiento, confusión, miedo, muestras de fragilidad humana, motivos suficientes para que surja un nuevo paradigma que seguro vendrá con nuevos modelos de educación y salud unidas, la primera generadora de desarrollo cultural, científico y conducta ciudadana; y, la salud, con nuevos planteamientos de protección social.

Estamos aprendiendo y mucho: la información puede salvar vidas, la higiene no es solo medidas sanitarias, es noticias estructuradas en conjunto, son contenidos a clasificar y desechar por inoportunos, impertinentes y sesgados.

Lo primordial: nos ha conducido a meditar sobre la poca disciplina que practicamos en el hogar, calles, escuelas, cuando no estamos cumpliendo con las normas dictadas por el Gobierno. Es la oportunidad para abuelos, padres y maestros, para todos, de recapacitar sobre la necesidad de aplicar códigos de conducta.

Si bien, ahora la ciudades aparecen muertas, el sacrificio llevará a una desinfección de cada rincón y de cada persona, la recuperación será evidente después de esta lección educativa sin precedentes.

Ocasión para eliminar la crisis en disciplina.

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