Uno de los problemas que generó esta terrible pandemia en mi Provincia Tsachila, es el aislamiento y la necesidad de miles de personas de salir a trabajar. En este suelo, donde la cuarta parte de la población económicamente activa (PEA) carece de un trabajo formal, el problema se agudiza, al depender de una economía informal, caracterizada por la subsistencia diaria que, si no tienen ingresos, sencillamente no comen, siendo ésa la realidad que nos agobia, saliendo a mendigar, sin que exista mano benefactora que los atienda, solo algunas expresiones políticas que encuentran el caldo de cultivo ideal para sus perversos fines. Aprovechando una oportunidad, salí a las cooperativas de vivienda aledañas a verificar la angustiante situación que vive este segmento social, circunscritos la mayoría, en estas zonas. Noté caras de angustia que, se escondían al paso; y otros, a suplicar ayuda, venciendo el miedo acumulado, muchas veces, ignorado por nosotros y las autoridades; tienen miedo, cuando toman agua que no es potable o está contaminada en los pozos que disponen; tienen miedo y sufren, cuando se les muere un familiar por la pandemia debido a la falta de atención médica oportuna; tiene miedo al salir a enfrentarse con la realidad en las calles, casi siempre sin protección, vendiendo cualquier producto que les permita vivir, mientras nosotros, muchas de las veces esquivamos su presencia en una clara “aporofobia”, que creo nos caracteriza como sociedad.
Es hora de revisar nuestro proceder y fundamentalmente de las autoridades cantonales, a quienes respetuosamente consulto, después de dos meses de encierro obligado: ¿qué han hecho en este tiempo, por mejorar este frágil sistema de salud que poseemos?: ¿han incrementado el número de camas adecuadas, para prever cualquier rebrote del virus, en los centros de salud oficiales?; ¿existe una o varias áreas adicionales seleccionadas en la ciudad, que apoye un rebasamiento de enfermos en el caso que ocurra?; ¿Cuántas pruebas rápidas han adquirido para apoyar la realidad existente en los hospitales?; ¿Cuántos equipos mecánicos de respiración artificial, han adicionado?, cuya suma podría justificar su presencia, ahora noto a cargo del manejo de la pandemia. Si hay respuesta, no es para mí, es para el pueblo que espera.