La corrupción es la amenaza

No es cuestión de un modelo unitario o fedaralista, de neoliberalismo o populismo, de izquierda o derecha: el Ecuador está colapsando frente a la terrorífica amenaza de la corrupción a pretexto del Covid-19. Señores del Consejo de Seguridad esa es la amenaza real. Se cocina la nueva oleada de millonarios impunes favorecidos con contratos y sobreprecios, algunos de ellos, a modo de los de Panamá Papers, según lo informó Teleamazonas. Ciertas empresas lloran lágrimas de cocodrilo ante el despido de sus empleados, pues vieron en la pandemia la oportunidad perfecta para lucrar. Los quiteños no vamos a tranzar con autoridad local o nacional que esté involucrada en actos de corrupción, nadie debe tener patente de corso ante el festín en plena crisis. El ex secretario de salud del Municipio de Quito destituido por temas de corrupción, Lenin Mantilla, como tantos otros, no es sino la punta del iceberg de todo un entramado. La Fiscalía todavía actúa a medias tintas. El Alcalde Jorge Yunda deberá responder por los contratos y negociados supuestos e incluso devolver los recursos a la ciudadanía una vez que se establezcan las responsabilidades y, como él, todos los representantes de los gobiernos locales deberán rendir cuentas. El país es asaltado por contratistas no importa si son del epicentro de la pandemia, de izquierda o derecha, privados o públicos o de cualquier región del país. Poncio Pilatos, siempre se lava las manos. Moradores del barrio Chilibulo y del Sur de Quito, salieron a denunciar las duras carencias del Hospital Enrique Garcés y la vulnerabilidad de sus trabajadores contagiados. ¿Quiénes son los gerentes están al mando de los pocos hospitales de Quito? Tanto en el régimen anterior como en el presente, la actual Ministra María Paula Romo cuestionó la propuesta de ley referida a la extinción de dominio y se bloqueó esa ley imperdonablemente. Así, el país perdió un instrumento valioso de lucha contra la corrupción para el retorno de dinero y bienes mal habidos. El doble discurso de la politiquería de izquierda y derecha es más nefasto que el virus.

[email protected]