Son tres meses que la música dejó de sonar y las luces se apagaron en la Zona Rosa, lugar exclusivo donde se le daba énfasis al turismo nocturno. Esta situación preocupa a los dueños de discotecas, karaokes y bares que aún siguen pagando arriendo y los servicios básicos de locales que tienen sus puertas cerradas.
María Fernando Gallo, presidenta de la Asociación de Discotecas, Karaokes y Bares (Asodiskab), indicó que ellos tienen un plan piloto de bioseguridad, donde constan algunos cambios que tendrá que hacerse en los establecimientos. “Ahora por el Covid-19 se trabajará con reservaciones, porque solo podemos tener el 30% de aforo de personas, de acuerdo como el Ministerio de Salud y el COE cantonal nos puedan activar”, relató.
Mencionó que han dialogado con varias autoridades, han solicitado una audiencia al alcalde Wilson Erazo, como presidente del COE cantonal, para exponer el plan y concretar ideas a fin de que les puedan dar el permiso para trabajar, pero hasta ayer no tenían ninguna respuesta.
Inversión
A decir de María Fernanda son aproximadamente 30 socios activos, algunos han tenido que alzar sus negocios, porque ya no tienen recursos económicos para seguir pagando el arriendo, pero aduce que para ellos es difícil dejar los establecimientos donde recientemente hicieron fuertes inversiones.
“Justamente en marzo remodelamos porque en ese mes se saca los permisos de funcionamiento. Nadie estaba preparado para esta situación que no solo nos afecta como propietarios de los negocios sino a muchas personas que trabajan directa e indirectamente en cada local”. (LMM)