Jorge Rodas, un médico consagrado a su profesión

PROFESIONAL. Jorge Eduardo Rodas León es Médico General, pero se especializó en Medicina Interna.
PROFESIONAL. Jorge Eduardo Rodas León es Médico General, pero se especializó en Medicina Interna.

Junto a sus hijas ha creado un Centro de Especialidades Médicas, donde se brinda atención a los santodomingueños.

Para Jenny y Angie, su padre Jorge Eduardo Rodas León es un referente de la medicina, mérito que ha logrado en sus 32 años de trayectoria dejando un precedente por su entrega y compromiso con sus pacientes.

Jorge indicó que, pese a que nunca les inculcó a sus hijas que estudien medicina, ellas siguieron sus pasos, siendo en la actualidad reconocidas profesionales que han logrado destacarse en cada una de las carreras que escogieron. Jenny es especialista en Implantología bocumaxilofacial y Angie es Dermatóloga.

Reveló que siempre ha sido respetuoso en sus decisiones. “A la mayor le dije yo te he de apoyar en todo lo que decidas, porque yo no puedo decirte qué hacer, que acertaron, muy bien; como todo padre estoy orgulloso de mis hijas”.

El Centro de Especialidades Médicas Doctores Rodas está ubicado en la urbanización Las Palmeras.Es así que juntos formaron el Centro Médico de Especialidades Rodas, para satisfacer las necesidades de los pacientes, brindando atención en: Medicina Interna, Dermatología, Odontología, Traumatología y Ortopedia, esta especialidad es atendida por su yerno Juan Manuel Calderón.

Creen que una enfermedad es ocasionada por la base de otra, por ello tratan de solucionar el problema de salud de los pacientes.

ESPECIALISTAS. Jorge junto a su yerno Juan Manuel Calderón y sus hijas Angie y Jenny Rodas.
ESPECIALISTAS. Jorge junto a su yerno Juan Manuel Calderón y sus hijas Angie y Jenny Rodas.

Trayectoria

Jorge Rodas nació en Naranjito, provincia del Guayas. En 1984 llegó a Santo Domingo, como un reemplazo temporal de tres meses en dispensarios del Seguro Social Campesino de la zona rural de Puerto Limón y San Miguel, pero por su desenvolvimiento y constancia en su trabajo lo pusieron a cargo de un dispensario en la Nueva Esmeraldas, por Monterrey, el que según dijo sacó adelante y con la confianza de los jefes comenzaron a asignarles dispensarios con conflictos porque tenían fe en su trabajo y temperamento.

Mencionó que en el Seguro Campesino fue el único médico a nivel nacional que tuvo boticas propias, casi no necesitó del abastecimiento de la institución, porque muchos laboratorios farmacéuticos le colaboraban con donaciones de medicinas, las que llevaba a los dispensarios y los tenía tan bien equipados que incluso fue alarma nacional, siendo amenazado de seguirle acciones de personal, porque lo acusaban que utilizaba medicina de especialidad y que se estaba yendo contra la Ley.

“Me hicieron un seguimiento porque no se convencían que un médico esté solucionando un problema que la institución no lo hacía. Incluso preguntaban a los pacientes si yo vendía los medicamentos, ellos agradecidos dijeron la verdad, que todo era obsequiado, sumando leche, pañales y suplementos alimenticios”, expresó.

Recuerda que muchas personas le dijeron que debía lucrarse de esta situación, porque eran medicamentos costosos, pero expresa que en su vida el dinero no ha sido una meta, “pero ventajosamente me ha ido bien, me considero eminentemente humanista, hay personas que no les cobro la consulta porque sé que no tienen cómo pagar, soy sensible, es por eso que la vida me ha premiado”, acotó.

Aunque ya se jubiló continúa en la consulta privada, dijo que atiende a sus pacientes con la misma devoción que lo hacía en el Seguro Campesino, ahora trata de coordinar con el horario de sus hijas porque muchas veces hacen interconsultas, especialmente con Angie quien sabe mucho de medicina interna. (LMM)

En su juventud

Jorge piensa que en la vida todo es casual, por cómo fue su vida en la juventud. Empezó siendo deportista, probándose en diferentes equipos y muy aficionado al canto, al punto que sus estudios secundarios los financió cantando. “Pero llegó el momento de estudiar y mi padre me dijo, bueno qué vas a hacer de tu vida, es así que me fui a Guayaquil a seguir Marina Mercante, pero no tuve el apoyo de la persona que me iba a ayudar, y regresé a Quito donde estudié medicina, carrera con la cual me siento completamente identificado”.

Su familia

Cuando llegó a Santo Domingo vino junto a su esposa Jenny Espinoza Días y sus dos hijas pequeñas. Recibiendo el apoyo incondicional de la mujer que a más de ser la madre de sus hijas ha sido su fortaleza. “Si no hubiera estado ella, no fuera lo que soy, ella ha sido el puntal de todo, es una mujer ejecutiva, con temperamento, trabajadora y le gusta la labor social, pero siempre pendiente de su familia”.