‘Venezuela es nuestra’

Donald Trump, el megalómano presidente de Estados Unidos, estuvo y está obsesionado con Venezuela, tanto que llegó a vociferar que ese país, “es realmente parte de los Estados Unidos”. Para anexarla, ha reiterado en varias ocasiones que todas las “opciones están sobre la mesa, incluidas, las opciones militares”, confiesa John Bolton, un terrible halcón que fue asesor de Seguridad Nacional del gobierno, y que ha escrito un libro titulado “The Room Where It Happened: A White House Memoir” (La habitación donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca), que el presidente republicano trató de impedir que se publicara.

John Bolton es un ultraderechista que vio su oportunidad para acabar con el gobierno de Maduro. Tal era su desmedido propósito que ansiaba fundamentarlo en la Doctrina Monroe que afirmaba: “América para los americanos” que, también, fue una reafirmación del “Destino Manifiesto”, cuya propuesta fue expandir Estados Unidos por todo el continente y por el resto del mundo. Como asesor de seguridad nacional se impuso la tarea de evitar que Rusia, China, Cuba e Irán penetraran en América Latina, en particular en Venezuela. Trump ordenaba que había que echarlos del subcontinente y Bolton aplaudía.

La Doctrina Monroe no tiene cabida en Latinoamérica gracias a las transformaciones geopolíticas, pero ni a Bolton ni a Trump parece importarles porque según ellos Estados Unidos está convocado por la divina providencia para dominar al mundo. En el siglo XXI no hay lugar para ocupaciones coloniales.

Bolton y Trump son gemelos en el modo de pensar y aún son muy radicales respecto de Venezuela, sobre todo por el petróleo. América Latina solo quiere vivir en paz, sin invasiones militares, ni amenazas. El Covid-19, ¿oportunidad para cambiar?