El cáncer de la corrupción

Hay una conciencia generalizada que la corrupción es un cáncer que corroe la sociedad y desmorona la confianza, si conversamos con las personas de manera particular, si vemos lo que los padres enseñan a sus hijos, nunca vamos a hallar que se avale la corrupción como una forma de vida.

Es evidente que no sólo existe la corrupción, sino que está muy expandida. ¿Por qué se produce?

Existe una cultura que ampara e incluso promueve la corrupción y eso lleva a que este cáncer se expanda.

Cuando se enseña a los niños y jóvenes que deben ver por su conveniencia y no por lo correcto, estamos promoviendo la corrupción. Cuando todos están prestos a reclamar sus derechos, pero no se preocupan por conocer sus deberes y menos por cumplirlos, estamos sembrando la corrupción.

La conciencia moral nos hace humanos, los animales usualmente tienen sentidos más desarrollados, pero no tienen moral.

Si aquellos que ocupan puestos de alguna responsabilidad, públicos o privados están más preocupados de ver como obtienen beneficios de esa posición más que de ocuparse en cumplir eficientemente con las responsabilidades que ese cargo tiene, eso ya es que está instaurada una cultura de corrupción.

La corrupción no solo afecta a la sociedad, es una degradación del ser humano, un retroceso en la evolución natural.

Entonces ¿qué podemos hacer para combatirla?

Cuando una casa está limpia, no entran las ratas y alimañas. Si tenemos tanta corrupción es porque hemos descuidado la higiene, la limpieza en el ámbito psicológico donde la mugre es la ambición desmedida, el egoísmo, derechos sin deberes. Tenemos que construir una nueva cultura que rescate la dignidad humana y se sustente en las virtudes para que en ella no tenga lugar la corrupción.

Nueva Acrópolis Ecuador