Sujeción interracial

A veces subestimamos la repercusión que tiene la historia sobre la manera que establecemos para relacionarnos entre nosotros, los roles de poder que se legitimaron en el pasado parecen ser algo obsoleto. Sin embargo, las huellas que dejaron ciertos periodos históricos aún están más latentes de lo que pensamos, los hechos que se convierten en historia siempre serán la guía hacia el cuestionamiento y la reflexión. Pues cuando se establece una sujeción interracial, las experiencias y convicciones que hacen parte del inconsciente colectivo terminan estereotipando, señalando y sentenciando a las personas de distintas etnias.

La cantidad de fenómenos que exaltan el sistema de opresión y racismo estructural que recae sobre los individuos racializados. por más de que tratemos de convencernos que “el amor no tiene color” es innegable, pues el racismo implantado en nuestras mentes “colonizadas” hace mucho tiempo de una manera muy normalizada y aparentando positivismo, pueden llegar a ser absurdas, y frente a aquello nos parece común escuchar expresiones como: “vas a mejorar la raza”. Y nos deja como resultado la vaga idea de que las represiones interraciales son aceptadas.

Comprender de dónde viene la concepción de que tener una pareja blanco-mestiza siendo una mujer negra, o un hombre negro es considerado un lujo, un estatus o una fortuna que puede ser otorgada para ser más próspero y “menos discriminado”. Es conocer que en la colonización se dio un proceso de mestizaje. Esta mezcla no solo fue genética, sino que el resultado fue una jerarquía social, donde las personas eran ‘mejores’ o ‘peores’ según el color de piel y origen de sus padres.

Esto nos deja entrever que mientras la historia siga siendo narrada desde un solo lugar y se reste dignidad a las personas racializadas, se continuarán normalizando los estereotipos interraciales.

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