La minga

El pasado jueves en una minga de limpieza en el río El Poste, veíamos que la basura estaba enterrada en las riveras, enredada en las ramas caídas que arrastraba el río, en el cauce un sedimento negro había pintado totalmente las piedras de color negro, en los pequeños caminos la basura se funde con la tierra, es desolador el escenario.

Es aquí donde me pregunto: ¿Cuántos años nos llevó causar tanta destrucción? Y creo tener la respuesta, soy de la generación que vivió esta transición, es decir estoy segura que fueron estos últimos 40 años los que nos llevó llegar a este punto que espero no sea el “punto sin retorno” para recuperar sobre todo nuestros ríos.

En este tiempo, viví la transición de una despejada peatonal 3 de Julio a la dificultad de caminar en la misma, crecí con los árboles frondosos llenos de vida que había en el ahora llamado parque Zaracay, los ríos tenían árboles en sus riveras, en este tiempo se dejó de usar los canastos de compras, y tantos cambios más. Ahora mapee en su mente la canalización de alcantarillado de su vivienda, analice a dónde van sus aguas residuales y su basura.

Ahora somos los llamados a parar este caos, para eso necesitamos conectarnos a nuestra tierra, querer a Santo Domingo, no solo en discurso de ataque y ofensas que no faltan, necesitamos acciones, acciones colectivas, acciones como las mingas para sembrar árboles, realizar limpiezas de nuestras calles y caminos, acciones de sensibilización ambiental.

La minga, tan histórica como la humanidad, es una tradición que llama a la comunidad para trabajar juntos por el bien común, tan oportuna en este tiempo y más en nuestra provincia donde requerimos actuar uniendo esfuerzos.

[email protected]