Suelo y usurpación

La ocupación del suelo de forma arbitraria y desordenada complica la organización citadina. Las mayores víctimas han sido Quito y Guayaquil que, en función de jugadas políticas y abusando de la pobreza, promovieron invasiones y -de hecho- un crecimiento desordenado, aspecto que el Estado no resolvió hasta hace dos décadas, cuando se iniciaron limitados programas de vivienda.

La sociedad vive momentos complejos; el 80% de la población mundial vive en ciudades. La Academia, en nuestro caso la Flacso, está desarrollando eventos con expertos internacionales para ilustrar la temática, en busca de soluciones.

Siguiendo esta línea de abusos, y mediante corruptelas, se han obtenido permisos municipales, se han invadido áreas protegidas, tanto por gente pobre como por constructores despreocupados de ordenanzas. Este es el caso reciente de una pretendida vía sobre terrenos privados y de protección ecológica en la urbanización de los periodistas en Nayón, donde un vecino usurpó tierras e, incluso, se adueñó de una quebrada.

Por mandato legal, el municipio debe actuar. Hay un reclamo presentado al Concejo por la urbanización, para evitar las viejas prácticas de pasar por encima de la autoridad y hacer lo que mejor les parece a algunos constructores que buscan burlar la normativa de uso del suelo, que impone respeto a las zonas protegidas como reservas ecológicas.

Hay cosas inexplicables salvo sea corrupción, porque en este caso se fabricó un IRM que por sí modifica los reales límites de las escrituras del lote de la urbanización de los periodistas, adjudicando derechos no existentes al lote vecino. Todo esto debe cambiar y la administración municipal debe tomar las medidas correctivas; por drásticas que sean, el afán de lucro no puede primar sobre el bienestar colectivo.