Peones

La lucha de clases sociales en nuestro entorno nunca ha sido ajena a cada grupo social. Siempre se ha tenido conciencia sobre lo que cada uno tiene, lo que podría tener y como se vive la vida como un gran juego de ajedrez, en la que las estrategias son determinantes para que lo más preciado no desparezca, para que en caso de llegar a la meta convertirse en una pieza fundamental en el juego, o en caso de jugar mal perder irremediablemente.

Las piezas en el gran juego somos cada uno de nosotros, unos máximo pueden dar uno o dos pasos, otros cuatro u otros en direcciones en las cuales deben conseguir derrotar al enemigo o defender al rey que espera paciente que el resto le defienda sin que pueda moverse a libertad. El tablero es la vida, lugares en los cuales se puede transitar, pasos para dar, decisiones que tomar, estrategias a emplear para ganar y así llegar al final demostrando la valentía, honor, conocimiento y poder.

La idea es jugar en equipo, logar el objetivo juntos, llegar a la meta de manera conjunta, pero como en todo juego, todo se vale, se envía a los peones a morir primero, experimentar con ellos para ver qué sucede, ponerlos en la primera fila para que los dardos del enemigo no destruyan los intereses del rey o de los demás integrantes en el juego para que ellos puedan saborear la victoria por haberse quedado al final, gracias a la muerte del más débil.

Hay que pensar en qué sitio del tablero estamos, si somos los que envían a los peones o somos ellos en efecto, ¿Quién es nuestro Rey? Depende de qué vida vivas, o puede que ni siquiera seas parte del gran juego. El propósito es convertirse en la pieza más importante, aunque por mártir el objetivo no puedas verlo, el legado de la decisión tomada se verá en el resultado final de este juego de ajedrez.

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