El poder del ciudadano

Cada vez falta menos para el domingo 7 de febrero, Ecuador enfrentará un hecho importante: la elección de un líder que guiará la política pública del país durante los próximos cuatro años. En esta encrucijada que enfrentamos, parece haber dos caminos posibles: continuar con el modelo actual o elegir uno nuevo que finalmente libere el potencial productivo del país. Sigamos por el tan esperado camino del desarrollo económico y social. Por un lado, tenemos algunos candidatos que intentan seducirnos con ofertas que no tienen sustento ni credibilidad, prometiendo bajar los impuestos y redistribuir la riqueza entre las familias económicamente más empobrecidas.

En la superficie, esto suena tentador, pero es una receta para el estancamiento y el fracaso, porque es insostenible para el tesoro financiero que ha sido golpeado por la crisis económica la pandemia y la corrupción, pero lo más importante es que esto no hace que la economía sea más productiva ni nos proporciona el empleo que los ciudadanos necesitamos. Por otro lado, tenemos candidatos para promover la creación de riqueza atrayendo inversión extranjera, iniciando nuevos negocios de manera flexible y reduciendo impuestos y aranceles comerciales. Esto no solo creará muchas oportunidades laborales nuevas, sino que también mantendrá la mayor parte de los ingresos obtenidos a través del trabajo en nuestros bolsillos.

Como sociedad civil, tenemos una oportunidad histórica de influir en el futuro de nuestro país.

Usemos la herramienta de elección en las urnas que tenemos para no cometer los mismos errores del pasado, y finalmente ponernos en el camino de la prosperidad y el desarrollo sostenible, el poder es del ciudadano que quiere ver a su Patria cada día mejor.

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