Hice campaña la primera vez y siempre, cuando fue candidato, voté por Noboa. En esta ocasión lo apoyamos, antes de que eliminen su Partido. Luego él, coherente con su postura, públicamente pidió reforzar la candidatura de Lasso. Volvimos a respaldar a Lasso, como lo hicimos en el 2017. Después, Noboa se candidatiza en un partido vinculado al narco-comunismo. Es evidente que el G2cubano lo infiltró, a través de sus agentes que fingen ser enemigos de la banda criminal. Es conocido que el narco-comunismo «fabrica» su propia oposición. Los reales opositores, no fingidos, están muertos. Hoy, el G2cubano impulsa el voto nulo, a través de sus asalariados, para desviar votación que iría a Lasso, con lo cual apuntalan a desdolarauz y de ese modo logran asambleístas vinculados al narco-comunismo que están en la 1,2,5,8,12,17,18,20,23,25,33,35; con los que propondrán «amnistía» para el mayor ladrón de nuestra historia y su banda, o extorsionarán al próximo presidente, hasta obligarlo a indultar a los miembros de la organización criminal, a pretexto de facilitar la gobernabilidad. Por eso es imprescindible que Lasso en su primer Decreto Ejecutivo disponga al CNE que convoque a Consulta Popular, para desarmar la estructura narco-comunista impuesta en Montecristi, de acuerdo al Art. 104 inciso 2do.CR, utilizando las preguntas admitidas por la Corte Constitucional mediante Dictamen 7-19-RC/19, que eliminan las funciones Electoral y de Transparencia y Control Social; transforma el CNE en Tribunal Supremo Electoral, integrado por delegados de organizaciones políticas; elimina el CPCCS, traslada sus atribuciones a la Cámara de Senadores; modifica la Asamblea, por Congreso Nacional bicameral, integrado por 1 senador y 1 diputado por provincia; designa el CJ de ternas que envíen las escuelas de Derecho, de las 5 universidades mejor puntuadas; suprime las regiones.
