Desde el 2000 que ganó Chávez con el 60% de la votación, se utiliza su sistema de alteración de votos. Lo implementaron en Bolivia, Ecuador, Argentina; por eso «gana elecciones» el narco-comunismo. La legislación está diseñada para ganar las presidenciales en «primera vuelta», sin representar al universo elector, sino a una fracción denominada «válidos»; para ello auspician la proliferación de organizaciones políticas y candidatos, para bajar porcentajes. En democracia valen todos los votos, aún cuando no sean computables y de ese universo, deben sacar el porcentaje de cada candidato. Entonces, sabremos el grado de aceptación, sin eliminar el pronunciamiento rechazo (nulo, blanco, ausentismo). Al estar ante un fraude, instrumentado desde el 2006. Es torpe, genera desconfianza, provoca protesta, proclamar resultados para 2da vuelta, sin verificar el reconteo pedido por Lasso y Yaku; máxime, cuando recogiendo el clamor social, Contraloría y Fiscalía dispusieron: auditar el sistema informático electoral y realizar pericia informática forense, como el modo de transparentar el proceso, para afianzar la democracia. Siendo la ley, posterior a la circunstancia social, política, económica, ambiental, debe recoger este problema, regularlo en una norma, para que todo candidato perjudicado, pida intervención de Contraloría, Fiscalía y reconteo de hasta el 100%, con obligatoriedad de asumir costos, de no encontrarse variación, independiente del tiempo que se retarde, porque más importante para la democracia es garantizar la legitimidad del proceso electoral, que «cumplir plazos de calendario». El próximo mandatario democrático, deberá aprovechar su triunfo y en su 1er Decreto Ejecutivo, disponer que el CNE convoque a Consulta Popular para desarmar la estructura constitucional narco-comunista, con las preguntas que ya están admitidas por la Corte Constitucional, mediante Dictamen 7-19-RC/19. Si no lo hace, o se retarda, en 8 meses lo desestabilizarán.
