La brecha salarial persiste

Igualdad salarial, hemos escuchado estas dos palabras juntas durante varios años, y aunque es un término que data de décadas seguimos en la pugna porque su fin aún no llega.

No es posible llegar a esta meta, porque muchos factores están detrás, la cultura, la religión, la historia y la memoria colectiva, conocemos que la vida laboral fue creada por y para hombres, en los distintos ámbitos las mujeres han luchado mucho para poder llegar a un puesto notable, lo cual hace más difícil borrar esta brecha.

Esta situación persiste en el tiempo, es evidente que hombres y mujeres no reciben la misma remuneración aún cuando se ejecuten las mismas actividades, los denominados techos de cristal y techos de cemento son difíciles de eliminar, el sistema aún se maneja con estas construcciones sociales.

A nivel mundial, la diferencia salarial es, en promedio, del 23% mensual, mientras que en el país, por cada dólar que reciben los hombres, las mujeres reciben en promedio 18 centavos menos.

Diariamente los procesos de selección tienen condiciones restrictivas para la mujer en edad fértil por todos los derechos que ésta adquiere si llega a embarazarse, totalmente inconstitucional pero muy cierto, incluso en ciertas empresas de manera ilegal se pide una prueba de embarazo para poder acceder al proceso.

La Organización Internacional del Trabajo dice que “un entorno de trabajo igualitario, resulta en mayor satisfacción y compromiso con la empresa” hecho que muy poco interesa a los empleadores y al sector público en donde vemos más marcada la desigualdad.

Y aunque podemos palpar que la lucha de mujeres alrededor del mundo ha traído consigo reformas legales y normativa nacional e internacional que regula estos hechos, aún hay mucho que hacer en el ámbito cultural y estructural, fomentar un cambio real y sostenible es esencial para destruir estas brechas que tanto daño hacen a la sociedad.

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