Artes vivas

Santiago Ochoa

Muchos políticos (partidistas y/o politiqueros) suelen pensar igual que Konrad Adenauer quien decía: “en política lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno” por lo cual, es siempre relevante tratar de tener una opinión objetiva, estar seguros de lo que tenemos, de lo que queremos y de lo que necesitamos.

Por otro lado, en el arte, como decía David Hockney: “no es necesario creer en lo que dice un artista, sino en lo que hace” incluso en el arte, la razón hasta se puede perder; pero, nunca se perderá la dignidad.

En esta semana se ha hablado mucho del Festival de Artes Vivas, festival que como se destaca en su web “ha buscado convertirse en un espacio para manifestar el arte sin fronteras y acoge una variedad de voces que se expresan libremente, generando inquietudes creativas y cuestionando el mundo desde los lenguajes escénicos.”

Sin embargo, la planificación y el presupuesto para el nuevo año, podría mal utilizarse como cortina política. Es preciso recordar que las artes vivas tienen como centro y razón de ser, el cuerpo y todo lo que este conlleva (FIAV) se requiere el apoyo necesario de todos, más no disputas. Que, si ha habido sobreprecio en los contratos, que, si el presupuesto asignado para el festival es adecuado, etc., solo es importante si el gobierno lo va a remediar, porque si hubo sobreprecios, y no se hace nada, las disputas no sirven, o si se disminuye el presupuesto y disminuye también la calidad del festival, la supuesta optimización, tampoco sirve.

Un dólar insertado en la economía puede generar una cadena multiplicadora de efectos positivos, y su buena inversión es la clave de su éxito.

Como diría Pablo Picasso “el arte lava del alma el polvo de la vida cotidiana” con lo que, durante el festival, las “cuestiones políticas” irónicamente deberían desaparecer. (O)

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