Deuda soberano

AUTOR: José Naranjo

Aquella definición de deuda inmoral que fuera uno de los estandartes del gobierno de Correa que les permitió hacer la recompra de la misma a un treinta por ciento de su valor nominal, publicitando aquel logro tan sonado en materia de finanzas internacionales como la panacea de la entonces revolución ciudadana, nos está afectando ahora de una manera tan lesiva que no conseguimos en el mercado internacional un prestamista que permita bajar las condiciones de endeudamiento público a cifras de intereses y plazos razonables para refinanciar los onerosos créditos a que se ha sometido a nuestro país; los sesenta días que se ha demorado el Presidente en presentar la real condición en que quedaron las cifras económicas nos parece que se deben a la dificultad de conseguir de parte de los mismos funcionarios las cifras de los verdaderos montos del endeudamiento; como dijera el ministro de petróleos que le ha sido muy difícil obtener la información real de los contratos con las empresas petroleras, ahora entiendo por qué retener a Patricio Rivera en finanzas, estará rebuscando en las ratoneras los verdaderos montos y condiciones en las cuales se hipotecó los recursos nacionales; seguramente luego de lo cual será enviado al sitio que le corresponde en las mazmorras por sus excelentes recomendaciones en maromas financieras.

Gozamos de un descrédito tal en los mercados internacionales que hasta la fecha parece no conseguimos tasas adecuadas como lo anuncia el mismo régimen actual al otorgar a la Prefectura del Guayas el aval para el endeudamiento para el dragado del río Guayas con un banco chino a nada menos que al diez por ciento; la tan publicitada deuda soberana nos ha traído en consecuencia una mala fama que no permitirá fácilmente renegociar las pésimas condiciones del endeudamiento en que nos dejó la larga y trasnochada farra correista.