Iván Paredes
Nos referimos a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que, luego de un batallar y una lucha incansable a nivel mundial, el día 13 de septiembre de 2007 fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas donde se adoptó la Declaración, constituyendo un alcance al respeto de los derechos humanos en relación a los pueblos y nacionalidades indígenas que aún pueblan el mundo los cuales marcan la diferencia del mundo uniforme y análogo que nos quisieron imponer en tiempos de la monarquía y que trascendió en los Estados-Nación. Esta norma jurídica, antes y posterior a su aprobación ha tenido contratiempos por ciertos sectores que se niegan a aceptar la existencia y los derechos que tienen los pueblos indígenas, prueba de lo dicho se dio dentro del mismo sector indígena internacional, quienes buscaron la forma para que no sea aprobada la Declaración argumentando la no inclusión del derecho a la libre determinación, supuestamente, no va constar en el documento. Desde el inicio de su creación hubo una cierta desconfianza, por ello tuvieron que pasar 22 años para que pueda ser reconocida a nivel mundial y, revisando el Informe observamos que 143 países fueron quienes estuvieron de acuerdo, cuatro países votaron en contra y 11 se abstuvieron de votar. Nuestro Continente, sorprendió al mundo al demostrar que sus mayores potencias rechazaban su aprobación y un país sud-americano se abstuvo de votar, a pesar que en este territorio existen la mayor cantidad de pueblos indígenas y sus raíces sociales en su gran mayoría proviene del indigenismo. A pesar de lo difícil que ha sido mantener la Declaración, continúa en vigencia y es un logro a la diversidad; recordemos que, en el Ecuador su expresidente dijo que se trata de una simple declaración no vinculante.