Cuerpo de una mujer encontrada muerta en Chillogallo es identificado

VELORIO. La ceremonia fúnebre se llevó a cabo en la misma casa que habitaba.
VELORIO. La ceremonia fúnebre se llevó a cabo en la misma casa que habitaba.

Las causas del deceso aún son un misterio para los familiares. Las investigaciones continúan.

Los familiares de Hilda Cava, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en Buenaventura de Chillogallo, en el sur, tienen más dudas que certezas. Pese a que ayer retiraron el cuerpo del Departamento Médico Legal, nadie les ha explicado la causa de muerte de la joven de 23 años.

Ellos aún no saben si el deceso fue violento o si obedeció a una causa natural.

“No me han dado información, según me dijeron todavía no tienen resultados. No sé cuándo me llamarán”, dijo su padre, José Cava.

Luego de acudir a la morgue, los deudos confirmaron que el cadáver encontrado el último lunes en un predio baldío correspondía a Hilda Cava.

Cuando se hizo el levantamiento, el cuerpo estaba irreconocible. Los animales carroñeros se habían comido todo el rostro y parte de sus órganos.

El pedido

Los restos de la joven fueron velados en un pequeño espacio dentro de una casa en construcción donde vivía la muchacha.

Su hermano menor, Marco Cava, exige a las autoridades que lleguen hasta las últimas consecuencias para resolver el caso. Él no cree que su ser querido haya aparecido a 400 metros de su vivienda por alguna causa natural.

El muchacho señaló como posible causa de la muerte alguna relación sentimental.

Los últimos días

La última vez que Marco vio con vida a su hermana fue el miércoles de la semana pasada. Según contó, ella le dijo que vería a su novio. Desde entonces no volvió a aparecer por su casa.

Cuando los familiares se enteraron del macabro hallazgo, bajaron hasta el predio baldío donde encontraron el cuerpo.

Aunque no lograron identificarlo por el rostro, estaban seguros de que se trataba de Hilda, pues reconocieron sus medias y las características de sus piezas dentales.

Hasta el lunes pasado todo se manejaba como hipótesis, pero luego de hacer algunas diligencias forenses se confirmó que se trataba de la mujer de 23 años. (FLC)

Vendía muebles en San Roque

El padre de la finada aseguró que su hija no le debía nada a nadie y que tampoco tenía problemas con otras personas. Ella trabajaba como vendedora en un negocio que comercializa muebles en San Roque, centro de Quito. Agregó que la muchacha no acostumbraba a salir a fiestas y que desde muy pequeña siempre fue dedicada a colaborar en el hogar.