Es costumbre en las calles de la ciudad ver a los ya tradicionales cuidadores de autos, guiando a los conductores para que entren o salgan de su estacionamiento, pero algo que llama la atención es que existen varias personas de la tercera edad que han visto en esta labor una oportunidad para ganarse el pan del día en sus últimos años de vida.
En cada concierto, encuentro deportivo o actividad masiva, estas personas salen a las calles a cuidar autos por una propina.
Otros, en cambio prefieren un ‘lugar de trabajo seguro’, una calle fija que cuidan, en algunos casos, ya por muchos años.
Pablo Toalombo, es un cuidador de 79 años ha pasado los últimos años cuidando carros en una calle cercana al parque Cevallos.
Su caminar es lento, pero siempre mantiene una gran sonrisa para quienes lo abordan, cuenta que su vida ha sido llena de labores fuertes, carpintero, lustrabotas, estibador, de todo. “Nunca le huí al trabajo y no lo haré ahora”, comenta mientras enseña sus manos llenas de surcos fruto de los años y el trabajo.
Con su tono suave, pero firme dirige a los conductores que tratan de estacionarse, “Dele, dele”, grita mientras mueve un pedazo de franela.
Él comenta que decidió cuidar los carros que se estacionan diariamente en el sector, ya que no encuentra otra fuente de ingresos y las necesidades son muchas, más a esa edad. “La gente deja propinas de cinco o 10 centavos, de vez en cuando dejan unos cuantos centavitos, no me quejo, saco por lo menos seis dólares diarios que me ayudan a sobrevivir”, cuenta.
Otros casos
Unas cuantas cuadras más allá se encuentra Guillermina Carranza de 67 años, quien también se dedica a esta actividad. “Lo importante es trabajar, ser útil hasta que Diosito nos tenga con vida”, asegura al tiempo de indicar que su promedio de ganancia al día también es de seis dólares con lo cual tiene que solventar alimentación, luz, agua, y el arriendo de un cuarto en el que vive con su esposo. “Solo quisiera que nos dejen trabajar, creo que no hacemos mal a nadie”, dijo.
DATO
Se llama adulto mayor a la persona que tiene más de 65 años.
Otro adulto mayor cuidador de carros es Sergio Masabanda, de 73 años de edad, para él esta es su forma de ganarse la vida y lo seguirá haciendo a pesar de que varias personas han intentado retirarlo de la calle.
Estas personas buscan trabajar para continuar su contribución a la sociedad hasta el último día de sus vidas y lo único que esperan es el respeto, y consideración de la ciudadanía.
“Hay jóvenes que pueden conseguir otros trabajos, pero vienen a las calles donde estamos nosotros y tratan de sacarnos diciendo que ellos son vigilantes seguros enviados por las autoridades. Queremos que nos dejen trabajar”, dijo Sergio. (FCT)