Los esfuerzos por una sociedad incluyente son cada día mayores, tal es el caso de la educación, donde se observa a niños con alguna discapacidad asistiendo a colegios regulares.
El objetivo es asegurar que la educación llegue a todos sin ninguna discriminación dicen las autoridades, sin embargó, aún existen varios cuestionamientos por parte de padres de familia, docentes y profesionales.
Realidad
Jairo tiene ocho años y aunque tiene una discapacidad física que le impide movilizarse acude a una escuela fiscal donde le abrieron las puertas para poder estudiar, su limitación física jamás será impedimento para que sonría, exprese sus ideas y hasta se enoje a la hora de realizar las tareas, pero sí hay algo que le molesta, no puede salir del aula, pues existen gradas, ni siquiera puede salir a jugar al patio porque no hay el suficiente espacio para que él pueda estar tranquilo.
Esta situación es la que infunde temor en los padres de Jairo, quienes a pesar de que saben que es mejor que el niño interactúe con los demás y no cohíba su condición, sienten que el sistema educativo aún no está preparado para recibir a niños con discapacidad.
La historia se repite en Alex, un niño con Síndrome de Down, que trata de relacionarse con sus compañeros a pesar de que ellos lo ven con cierto temor.
Estefanía Toapanta, madre de Alex, aseguró que es muy difícil que su hijo pueda aprender algo en el aula, pues los 40 compañeros que tiene acaparan más la atención de la maestra.
“Yo entiendo que no es fácil, pero le mando a mi hijo para que en el aula por lo menos vea como trabajan los niños de su edad y vaya adaptándose”, dijo.
Según la madre de familia su hijo necesita un tutor sombra para que realice el acompañamiento necesario de cada clase, sin embargo, “eso cuesta mucho dinero y nosotros no tenemos”, comentó.
Enseñanza
María Bassante, docente de una escuela fiscal, manifestó que a pesar de la voluntad que tienen para recibir a los niños con discapacidad sienten que el número de estudiantes que deben atender en cada aula es excesivo.
Cifra
937 estudiantes con discapacidad se encuentran dentro de las instituciones educativas inclusivas en Tungurahua. “Sí nos capacitan, pero cómo podemos atenderlos si hay que tomar en cuenta que ellos son como estar con cinco niños a la vez porque requieren de otras metodologías, de mayor atención y nosotros solos no podemos, porque mientras los atendemos a ellos los niños que no tienen discapacidad ya terminan la tarea y empiezan a molestar”, dijo.
Para Marcelo Tapia, sicólogo de la Fundación Orión, organización que se dedica a brindar apoyo a personas con discapcidad, el sistema educativo fiscal aún no está preparado para asumir este reto, ya que no solo se requiere de la voluntad, sino de personal capacitado, infraestructura y sobre todo disminuir el número de estudiantes que se tiene por aula que muchas veces supera los 40 alumnos.
“No se puede trabajar con tantos niños y peor aún recibir a niños que requieren atención especial”, aseguró.
Esfuerzos
Carolina Báez, coordinadora zonal 3 de Educación, reconoció que existe mucho por hacer, y lo que se busca es trabajar fuertemente en lo que se refiere a la inclusión, por lo que el sistema educativo brinda dos servicios: uno son las unidades de educación regular y otro las instituciones especializadas.
Según la Coordinadora lo que se está haciendo es capacitar a los docentes quienes tienen estudiantes con necesidades educativas especiales a través de las Unidades Distritales de Atención a la Inclusión, a fin de hacer adaptaciones curriculares que atiendan a las necesidades de los estudiantes.
Además, se realiza el acompañamiento a los docentes a través de los Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) y a los padres de familia para que el estudiante pueda desarrollar sus capacidades.
“El Ministerio de Educación está trabajando para que tengamos ya nuevos estándares, incluso físicos de unidades educativas inclusivas”, dijo.Báez enfatizó en que este es un proceso que requiere el esfuerzo de autoridades, docentes y toda la comunidad educativa. (FCT)