Nuestro círculo infernal

Surgen nuevas sospechas o indicios de casos de corrupción, cabría preguntarse por el costo que cada uno conlleva en lo económico, social, ético y cultural. La deshonestidad no afecta a la mayoría de los ciudadanos, pero no deja de proyectarse la sombra de la sospecha sobre el desempeño de instituciones, organizaciones e individuos altamente contagiados con esta enfermedad que tiende a volverse endémica.

Sin incluir los sobornos, el FMI indica que por la corrupción se pierden entre 1,5 y 2 billones de dólares, equivalente al 2% del PIB global. El Fondo se refiere a la regulación del mercado, política monetaria, sector financiero, orden público, crecimiento inclusivo, gasto social, costos inflacionarios, costos de adquisición inflados, despilfarro fiscal, facilidad para iniciar negocios y trámites aduaneros.

¿Cuánto corresponde a Ecuador al sumar los años de ‘revolución ciudadana’? ¿Hemos abandonado las prácticas clientelares, contratos y concesiones ‘a dedo’ a empresas? ¿Se han sometido a examen los de la década pasada? Las políticas públicas para combatir la corrupción deberían ser integrales avanzando desde la economía y la justicia hasta la educación y la cultura.

Los problemas estructurales en estos ámbitos constituyen un círculo vicioso. Muchos prefieren mirar o ver el destape de la corrupción como algo coyuntural que más temprano que tarde quedará en el olvido y sus protagonistas (grandes y pequeños) seguirán luego con sus vidas. La opacidad con que actúan las instituciones nos impide, como sociedad y también al Estado, salir y borrar ese círculo infernal.


Hoy, más que nunca, es preciso soñar. Soñar, juntos, sueños que se desensueñen”. Eduardo Galeano Periodista y escritor uruguayo (1940-2015)

Actuar es crear; inventar es encontrar; dar una forma es descubrir. Al crear descubro”. Martin Buber Filósofo y teólogo austríaco (1878-1965)