De Guate-mal a Guate-mala

José Naranjo

El expresidente de la Asamblea Legislativa ha caído en desgracia víctima de sus propios errores y al parecer como dice el refrán el pez muere por su propia boca y según se observa se están cayendo muertos y muertas, todos y todas, culpables y culpablas, inocentes e inocentas, y así tenemos ya una reorganización total de la Asamblea donde ruedan cabezas y cabezos, troncos y troncas, extremidades y extremidadas y dicen que ahora si se va a legislar y fiscalizar a la velocidad del rayo y la raya, vaya que bueno será esta nueva etapa tan esperada después de la consulta, ahora si ya no estarán durmiendo o comprando por Internet, ya no abandonarán el recinto legislativo por necesidades o necesidadas fatuas o mal intencionadas y tal vez solo por necesidades biológicas debidamente justificadas ante la nueva autoridad por la posibilidad de una contaminación ambiental o de un embarre politiquero.

Indudablemente que en la legislatura se pactan cosas para lograr acuerdos en pos de conseguir mejores leyes o proyectos para beneficio de los ciudadanos y sus territorios, un ejemplo de eso es la nueva Ley Amazónica donde se acordó seguir incluyendo en los beneficios de esa norma a cantones o parroquias de dos provincias de la Sierra para lograr los votos de sus representantes en su aprobación en el pleno; lo que no sería dable es que los votos para nombrar a las nuevas dignidades sean en base a negociaciones obscuras que impliquen dejar en la impunidad a los corruptos o mantener privilegios regionales de cualquier índole o peor que hayamos vuelto a la época de la troncha o del troncho como se diría en el lenguaje tan abyecto que han puesto de moda los revolucionarios del siglo XXI. La confianza ciudadana en la nueva presidenta está en entredicho por sus antecedentes no vaya a ser que en el juego de la politiquería caigamos de Guate-mal a Guate-mala.