Juan Sebastián Vargas
De los 51,3 millones de dólares que manejó la SENAIN como presupuesto, 42.8 millones fueron destinados para gastos “especiales”, basados en la Ley de Seguridad Pública creada por Rafael Correa, estos gastos sirvieron para que el anterior régimen bajo el escudo de la “defensa nacional” monte un sistema de vigilancia, persecución y amedrentamiento a cualquier individuo que ose opinar o investigar cualquier acto ligado al régimen de Alianza PAIS, de esta forma utilizaban cualquier tipo de método, muchos opositores fueron perseguidos y vigilados en vehículos sin placas y con vidrios oscuros, cuando existían protestas en las calles los mismos individuos se encargaban de fotografiar a cada persona, utilizaron tecnología avanzada a tal punto que según informes que han salido a la luz pública la firma italiana “Hacking Team” que se dedica a vender equipos de espionaje electrónico fue contactada por el Estado ecuatoriano, dicha empresa ha sido denunciada en varias ocasiones por activistas de derechos humanos y periodistas, pero para entender un poco más el alcance de la tecnología que utilizaban me permití investigar las herramientas que empleaban, resulta que esta empresa comercializa programas informáticos que se alojan en las computadoras, teléfonos o tablets para recabar toda actividad que se realice en esos aparatos y trasladarla a otro servidor, incluso lo venden como el set de pirateo para interceptación gubernamental “Galileo” que solo se lo comercializa a los gobiernos, pueden grabar las llamadas de Skype, activar remotamente micrófonos y cámaras de dispositivos móviles incluso si estos están apagados es decir pueden controlar todo.
Pero el problema no es precisamente esta firma sino el uso que los gobiernos hacen de estas herramientas y es que en el caso de Ecuador sirvió para espionaje político, incluso al mismo Correa se le escapó en una sabatina que uno de los opositores del gobierno “buscaba pornografía” en su tablet acusando a la moral del hombre cuando la verdadera poca moral era del mismo Correa.
En EE.UU. el espionaje político le costó el puesto al presidente Richard Nixon, acá en Ecuador el principal responsable deberá algún día rendir cuentas.