Enfrentamientos verbales, desorden y altercados se vivió la mañana de ayer en el Centro Comercial Ferroviario debido a que la administración inició con el proceso de catastro de los comerciantes.
La finalidad de esto es identificar a las personas que están realizando el comercio en los espacios, pues en un análisis hecho con anterioridad se constató que los puestos estaban siendo ocupados por comerciantes que no habían sido adjudicados legalmente por el Municipio de Ambato.
Para ello se dispuso que cada comerciante se presente en su lugar de trabajo con la copia de su cédula, de esta formal la persona encargada registró a los vendedores con la numeración del puesto que manifestaron tener a cargo.
Conforme fue avanzando el proceso, incluso se solicitó la presencia de unidades policiales con la finalidad de calmar los ánimos de los ciudadanos, pues los enfrentamientos de unos y otros fueron recurrentes.
Algunos negociantes argumentaron que están en el mercado desde hace varios años y que los puestos les pertenecían, otros en cambio indicaban que ahí les colocaron y que no les iban a mover.
A esto se sumó también la queja por la mala distribución que se dio en el lugar, pues unos comerciantes ocupan espacios de dos o más metros, mientras que otros deben conformarse con metro o medio metro.
Situación
Gabriela Rodríguez, directora de Servicios Públicos del Municipio de Ambato, explicó que desde octubre que ingresó al cargo conjuntamente con la nueva administración, evidenciaron irregularidad en este centro comercial.
Por ello dijo que optaron por iniciar con el debido proceso como dispone la ordenanza, para establecer las soluciones al problema y determinar las responsabilidades de las personas que permitieron que se genere este inconveniente.
“Existen adjudicaciones que no han sido reguladas o que se han venido ocupando a nombre de otros adjudicatarios, esto se dio a conocer mediante un informe a la máxima autoridad”, señaló Rodríguez.
Problemas
Manuel Caicedo, comerciante de calzado, explicó que en su caso el lugar que ocupa lo heredó de su madre y que no había hecho el trámite para cambiar el nombre por descuido, “acá pasan muchas irregularidades, mi puesto es heredado, pero hay otros que no sé cómo lo llegan a tener, no sé si los compran o arriendan”, dijo.
Mientras que el comerciante Klever Toapanta, manifestó su preocupación debido a que el espacio que él ocupa no es suficiente para la actividad, “yo tengo un metro de puesto, pero me cobran como si ocupara el puesto completo que es de dos metros, esto no está bien”, dijo.
Al malestar se sumó también Mariela Cueva, comerciante que lleva 12 años en el sitio, quien indicó que incluso han habido enfrentamientos con los dirigentes, “yo no soy parte de ninguna asociación de las que hay acá, porque solo nos sacaban plata y por eso recibí hasta amenazas e insultos”, puntualizó. (MR)
EL DATO
Más de mil puestos existen en el Ferroviario.