Aborto: debate necesario

Pablo Izquierdo Pinos

La revista científica Lancet (una de las más prestigiosas del mundo), publicó una investigación, en conjunto con la OMS, donde aparecen datos relevantes: En el mundo uno de cada cuatro embarazos termina en aborto. Más o menos 56 millones al año. De estos, 30 millones fueron abortos peligrosos y la mayoría se realizaron en Latinoamérica, África y Asia.

Si esos millones de abortos los dividimos entre países desarrollados y subdesarrollados, observamos que los últimos 25 años en los más adinerados y con políticas públicas destinadas sobre todo a la anticoncepción la tasa descendió significativamente.

Contrariamente, en países en vías de desarrollo como el nuestro, pobres y sin políticas destinadas a la disminución de las tasas abortivas, obviamente la tasa se mantuvo constante y en ascenso. Nuestra región ostenta el aumento más alto del mundo y pasamos de 23% a 32%. Sino que lo desmientan los responsables del fracasado “Plan Familia”, que una década después siguen ocupando altos cargos en el actual Gobierno.

El dato más importante de ese estudio es que según las nuevas estadísticas mundiales la penalización del aborto no impide que las mujeres aborten. Es decir, el número de abortos cada 1.000 mujeres es similar (entre 34 y37) en los países donde el aborto está absolutamente prohibido y los países donde las leyes permiten abortar. Que lo prohíban no cambió nada. Bueno, sí y mucho.

En nuestros países subdesarrollados, en donde leyes -como el COIP- penalizan el aborto, unas 6,9 millones de mujeres recibieron tratamiento por complicaciones de abortos inseguros. Un altísimo porcentaje de esas mujeres se murieron o tuvieron secuelas por someterse a abortos en condiciones insalubres.

Se estima que en Ecuador hay 150 mil abortos anuales. Lo que no es estimación es que hay 30 mil internaciones por año por las consecuencias de abortos mal hechos, contaminados. Son miles las mujeres violadas y los casos de embarazos en niñas entre 10 y 14 años se incrementó un 74,8%, una de las principales causas de la alta tasa de mortalidad materna. El Estado debe intervenir para subsanar una desigualdad: son las mujeres pobres las más perjudicadas.

pabloizquierdo7@gmailcom