Suicidios, primera causa de muerte en adolescentes

Su mirada está perdida, no logra aún asimilar el fatal desenlace de su hijo que apenas cumplió 15 años en diciembre. María, nombre protegido, no encuentra consuelo en nada de lo que hace, pues en cada rincón de la casa hay algo que trae su recuerdo.

El hijo de María forma parte de los 30 adolescentes que decidieron quitarse a vida en Tungurahua desde el 2015, situación que preocupa no solo a nivel provincial sino también nacional, puesto que según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en Ecuador el suicidio pasó a ser la primera causa de muerte en adolescentes.

María no logra contener el llanto al hablar de su hijo, quien era el último de cuatro hermanos, y que según ella nunca presentó ningún problema e incluso asegura que su muchacho era inteligente, hacendoso y muy dedicado. Es por ello que siempre llegaba temprano del colegio porque tenía que almorzar y “corría a su pasión”, la música, pues estudiaba también en el conservatorio, tocaba la trompeta.

El joven además era parte de una orquesta, con la cual recorría varios lugares con sus presentaciones musicales, “nunca dio señales de depresión ni nos hacía sentir sus problemas”, comentó la madre.

Dolor

Para Ximena Moreira, estudiante de Huambaló, sí debe haber algo por hacer, aunque no sabe qué, sentimiento que le embarga siempre que recuerda a su compañero de 17 años, quien decidió quitarse la vida supuestamente por problemas sentimentales. “Un joven divertido, alegre, lleno de sueños y metas que cumplir, jamás me imaginé que terminaría así”, aseguró.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), siempre existen señales que presenta un adolescente con tendencia suicida, señales difíciles de detectar.

Ximena aseguró que su compañero habría tenido una mala experiencia con su hermana, ya que ella también se suicidó y fue el chico el que la encontró.

Los datos de la Policía Nacional revelan que desde hace más de tres años la tendencia está en aumento, pues en el 2015 existieron siete adolescentes que se quitaron la vida, en el 2016 nueve al igual que en el 2017, mientras que en lo que va del año ya se contabilizan cinco.

Nicolás Reyes, secretario técnico del Consejo para la Igualdad Intergeneracional, manifestó que son preocupantes las cifras de suicidio y ratificó que en el país es la primera causa de muerte en adolescentes y son datos que presentan tanto el INEC como Unicef.

“Hemos hecho recomendaciones sobre la necesidad de que el país cuente con una estrategia intersectorial de prevención del suicidio adolescente”, dijo.

TOME NOTA
La OMS calcula que por cada muerte atribuible al suicidio se producen entre 10 y 20 intentos fallidos.Alertas

Para Isabela Tinajero, psicóloga, el suicidio en adolescentes es un llamado a la ciudadanía, a las autoridades y especialmente a los padres, ya que no se puede dejar de lado los síntomas de alarma que presentan los jóvenes.

Según la psicóloga siempre va a ver muestras de alarma a los que hay que estar pendientes, por ejemplo, la depresión que es una enfermedad silenciosa, pero que se puede evidenciar a través de pequeños cambios de estado de ánimo, como el llanto fácil, el enojo o se ponen más sensibles.

Otra alerta es el sueño constante, ya que “los adolescentes pasan encerrados durmiendo con falta de apetito y es ahí donde los padres tenemos que estar pendientes”, comentó. (FCT)

Los que quedan

Elvira Azogue, es madre de cuatro hijos, todos mayores de edad, ella solo vivía con su esposo y su hijo de 15 años, quien se quitó la vida sin dejar un indicio del por qué de la fatal decisión.

“No ha dejado ni una carta y jamás nos dijo si tenía algún problema”, comentó con dolor.

Aunque la madre asegura que nada le devolverá a su hijo, ella asegura que solo en los días que su hijo falleció recibió la visita de personas del Ministerio de Salud.

Al consultarle si está en algún tratamiento psicológico confiesa que no, y asegura que no lo necesita, pero que su nieta quien fue la que descubrió el cuerpo de su hijo sí, y es por ella por quien teme pues va a los 10 años.

José C., oriundo de Pelileo, perdió a su hermano, quien también se quitó la vida, y luego de dos meses de la tragedia asegura que ni él ni su familia reciben algún tratamiento psicológico. Confiesa que a veces tiene pesadillas y no puede dormir.

Esfuerzos que

no alcanzan

Isabela Tinajero, directora del Distrito de Salud 18D01, manifestó que se ha evidenciado esta problemática social, por lo que se plantea trabajar desde varios frentes, el más importante la prevención.

Hasta el momento se ha capacitado a todo el personal para que desarrollen un tamizaje de violencia, de signos de alerta para que todas las personas que acuden a una casa de salud puedan ser evaluados si presentan síntomas de depresión o riesgo, a fin de brindar un tratamiento.

Según la funcionaria, además, se cuenta con un Centro Deambulatorio Intensivo, el mismo que trata a personas con trastornos mentales graves, alcoholismo o drogadicción.

También se está trabajando con personal de los Departamentos de Consejo Estudiantil (DECE), quienes son capacitados por sicólogos del equipo de Salud Mental con la finalidad de identificar a menores con intentos suicidas.

Prevención

Marlon Llamuca, presidente del Consejo Estudiantil del Colegio Guayaquil, manifestó que muchos jóvenes no saben cómo manejar los sentimientos de depresión y que al final termina en suicidios que afecta no solo a la familia. “Creo que es un tema que se debe tratar más a profundidad”, dijo.

Para María Belén Guerrero, parte del grupo de interés joven de Tungurahua, es un tema muy complejo, pero pasa porque se deja de lado la parte social, sobre todo en el trabajo con adolescentes y jóvenes, ya que las autoridades no promueven procesos y espacios donde los adolescentes puedan compartir y hablar de estos temas entre pares.

“Si un chico se suicida los otros chicos que tienen dificultades y no alcanzan a resolverlos o no tienen espacios donde discutirlos ven a esta como la única salida”, cuestionó Guerrero, al asegurar que en la provincia no existe un trabajo con adolescentes planificado y profundo, sino que se relizan solo actividades aisladas.

Para Andrés Freire, promotor juvenil de Voces Nuevas, es fundamental que se pueda trabajar el tema del suicidio dentro del sistema educativo, sin embargo, no se lo puede tratar como algo aislado sino más bien integral llegando a padres de familia, estudiantes y docentes.

“Se necesita de programas, pero con un adecuado enfoque, donde se pueda abarcar temas más profundos como autoestima, violencia y más”, dijo.

LA CIFRA

220 suicidios se contabilizan en Tungurahua desde el 2015 hasta la fecha.