Brutal ataque de Ortega a la ciudad de Masaya

EXTERMINIO. Un grupo de jóvenes se protege de las balas en una barricada, durante el ataque. (AFP)
EXTERMINIO. Un grupo de jóvenes se protege de las balas en una barricada, durante el ataque. (AFP)

Más de 1.000 personas armadas -militares, policías y fuerzas de choque leales a Ortega- asedian a estudiantes.

Redacción MANAGUA, AFP

La combativa ciudad de Masaya resiste con piedras y morteros un feroz ataque de las fuerzas combinadas del gobierno del presidente Daniel Ortega, en un nuevo intento de desarticular la resistencia en el barrio de Monimbó, símbolo de las protestas que dejan más de 300 muertos en tres meses, en Nicaragua.

“¡Atacan Monimbó! Las balas están llegando hasta la parroquia María Magdalena, en donde está refugiado el sacerdote” de ese templo, denunció en Twitter el arzobispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, mientras la comunidad internacional intensificó sus llamados a Ortega a cesar la violencia y la represión.

Las campanas de las iglesias sonaron al tiempo que ráfagas de armas de todo calibre se escucharon por todos lados de Masaya, dijeron testigos que llamaron a emisoras de Managua.

Más de 1.000 hombres fuertemente armados con ametralladoras entraron disparando a mansalva a esta ciudad de 100.000 habitantes, ubicada a 30 km al sur de la capital, indicaron pobladores.

SANGRE. Así quedó una calle de Masaya tras el asalto. (EFE)
SANGRE. Así quedó una calle de Masaya tras el asalto. (EFE)

Violencia y sangre
Los antimotines y parapolicías ingresaron a bordo de 37 camionetas y rodearon Masaya, cerrando el acceso a la ciudad, según imágenes subidas por pobladores en las redes sociales.

“Están ametrallando las casas de manera irresponsable, el mensaje es que al que saque la cabeza lo matan, es un menaje de terror. Lo que más me preocupa son los niños, mujeres embarazadas y ancianos”, dijo el secretario de la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva.

Desde Estados Unidos, el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, pidió “enérgicamente” al presidente Ortega “que no ataque a Masaya”. Igual se pronunció la OEA.

“La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en #Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando”, escribió en Twitter.

La acción de las fuerzas gubernamentales forma parte de la llamada “operación limpieza” que policías y paramilitares iniciaron semanas atrás para desalojar de las calles a los manifestantes, que exigen la salida del poder de Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna desde 2007.

“¡Aquí vamos a morir!”
La operación de ayer, en la que se observaron francotiradores, se concentró en el barrio indígena de Monimbó, donde la población ha levantado barricadas de adoquines de hasta dos metros.

“Nos están atacando con armas de alto calibre, es uno de los ataques más fuertes que han lanzado a Masaya, se oyen detonaciones y disparos de ametralladoras”, relató Cristian Fajardo, dirigente del movimiento estudiantil 19 de Abril.

EL DATO
Más de 300 personas han fallecido en los tres meses de protestas, según organizaciones humanitarias.Los muchachos resisten “con morteros y piedras, su valentía es digna de encomio”, agregó.

Jóvenes monimboseños con el rostro cubierto con camisetas se protegían de los disparos detrás de las trincheras, desde donde dijeron que están dispuestos a morir por una “Nicaragua libre”.

“Aquí no vamos a dejar que entren, si tenemos que morir por nuestra patria, vamos a morir”, expresaron en un video filmado en medio del combate.

Es un “exterminio, una masacre, un genocidio lo que se pretende cometer contra Masaya. Ortega está librando una guerra criminal en contra de su pueblo”, condenó la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.

Organismos piden fin de la represión
° La Alta Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, pidió ayer al gobierno de Managua poner “fin inmediato de la violencia, la represión y las detenciones arbitrarias, y de que se respeten las libertades fundamentales”.

Instó, además, a “que los grupos armados irregulares se desmantelen”.

Por su lado, la ONU acusó a las autoridades de Nicaragua de graves violaciones a los Derechos Humanos, y se declaró muy preocupada por la desaparición de dos representantes del movimiento campesino; Medardo Mairena y Pedro Mena, detenidos el viernes pasado en el aeropuerto de Managua.

En tanto, la vicepresidenta Murillo celebró el avance en la “liberación” de las ciudades de las barricadas levantadas por los manifestantes, a los que descalificó como una “minoría llena de odio”, pero no hizo alusión a las víctimas, en su mayoría estudiantes.