El voluntariado es parte de la educación en Salasaca

Cultura. Niños y voluntarios intercambian conocimientos.
Cultura. Niños y voluntarios intercambian conocimientos.

Sumak Kawsay Yachay’ que quiere decir una hermosa vida con la educación es el proyecto que se desarrolla en Salasaca.

El proceso es el resultado del trabajo que se realizaba en la ex Unidad Educativa Katitawa, la misma que funcionaba en una comunidad de este pueblo indígena, pero que el año pasado cerró sus puertas por decisiones gubernamentales.

Fueron los jóvenes y algunos dirigentes los que pensaron que la educación y el trabajo colaborativo que se implementaba en este espacio no debería desaparecer, es por ello que decidieron continuar de forma independiente.

Sueño

“Creemos que la educación y el compartir con personas extranjeras, aprender una cultura de otra es lo que fortalece a las nuevas generaciones”, manifestó Francisca Masaquiza, una de las gestoras del proyecto, al explicar que una de las principales actividades que se impulsa es el aprendizaje de otras lenguas.

Inglés, portugués, francés, alemán entre otros son los idiomas que se comparten, esto de acuerdo a los jóvenes voluntarios que llegan de diferentes países para apoyar este trabajo.

Los jóvenes, además, aportan con clases dirigidas para que los niños refuercen sus conocimientos, o su vez ayudan con las tareas y a veces hasta realizan labores comunitarias, “pues ellos llegan siempre con ese espíritu de colaboración”, comentó Masaquiza.

Pero el proyecto no solo está dirigido a los niños, sino también a los adultos y todos quienes quieran compartir y aprender una lengua nueva.

“Es un verdadero aprendizaje de interculturalidad y nuestro sueño es que se abra nuevamente la escuela Katitawa como un espacio de aprendizaje intercultural bilingüe”, mencionó.

Apoyo

Según Masaquiza los voluntarios vienen de todas partes del mundo, pero luego de que se cerró la escuela Katitawa los jóvenes extranjeros que llegan a Salasaca han disminuido, y con este proyecto quieren incentivar tanto a los voluntarios extranjeros como a los niños y moradores del pueblo para continuar conociendo de las culturas del mundo. (FCT)

TOME NOTA

La idea nació con el voluntario extranjero Robert Jefforts quien vivió más de 10 años en Salasaca.