Activar economía

Pablo Balarezo

Actitudes humanas irresponsables arruinan su hogar, su buena forma de vivir, al no administrar sesudamente su presupuesto económico, sus ingresos de dinero: Diarios semanales, quincenales, mensuales no lo equilibran con su egreso, gastan más de lo que reciben, y, lógicamente, la necesidad económica se vuelve evidente.

De igual manera esto sucede con el Estado, si un pésimo gobierno no sabe administrar con cabeza fría, con honestidad, sin la ignominia politiquera, sin dogmatismos, sin populismo, sin dictaduras perversas, toda economía del conglomerado social se encuentra en quiebra inminente.

Si a esto añadimos el robo, malversaciones, despilfarro, cuantiosos préstamos impagables, enriquecimiento ilícito, sobreprecios, coimas, solamente queda sancionar drásticamente a los atracadores, y, claro, lo único que les queda a la nuevas autoridades: Financiar el presupuesto con incremento de impuestos, más deuda interna y externa, eliminación de subsidios, privatizaciones, desdolarización, para que, aparezca cualquiera moneda con infame nombre y la devalúen tantas y cuantas veces les dé la gana a los traidores de la patria. De esta barbarie política se viene hablando desde hace diez años, las autoridades hacen caso omiso, y, el encarecimiento, especialmente de los productos de primera necesidad, es incuestionable, las medidas de austeridad no llegaron, no llegan, tardíamente se habla del tema, cuando todo está totalmente quebrado.

“Acostumbrarse a la corrupción es empobrecer el alma, es acostumbrarse a sobrevivir con el alma empobrecida”. Ya está en los colegios el pus del mal. El subsecretario de Educación de Quito ha notificado 308 casos de exacción para entregar cupos a estudiantes. Y, algo peor, ¿Quién sufragará al abogado europeo, y, su comparsa de veedores?