Viejo Bellavista

Juan Sebastián Vargas

Este 2018 nuestro querido Estadio Bellavista cumplió 73 años, la primera restauración realizada fue justamente luego del terremoto de Ambato de 1949 por lo que fue reinaugurado en 1950, luego de ello tuvo que esperar hasta los años 90 para que sea ampliado a propósito de la Copa América de 1993 ya que Ambato fue una de las principales sedes en donde jugaron las selecciones de Uruguay, Venezuela y EE.UU., con una capacidad de 18.000 espectadores es nuestro principal escenario deportivo, sin embargo desde 1992 nuestro estadio no ha tenido una verdadera remodelación, únicamente la colocación de sillas plásticas, pintura y una ‘mano de gato’ a propósito de la última participación de Macará en la Copa Libertadores y es que con las nuevas exigencias de la Conmebol es necesario que se haga un análisis de lo más práctico posible para saber si en realidad vale la pena hacer una restauración o ya es hora de buscar un nuevo espacio con todas las comodidades y acorde a las requerimientos del momento.

Nuestro estadio prácticamente se encuentra en el corazón de la ciudad, no existe facilidad de parqueo y una posible ampliación se vería dificultada especialmente en la sección de la preferencia por los condominios adyacentes es por ello que en base a un análisis interesante que pude leer en redes sociales de la página ‘Ambatoscopio’ me permito tomarlo como referencia para que este tema se convierta en un proyecto de ciudad, que contemple todo un desarrollo urbanístico de primer nivel y que en el futuro Ambato sea tomada en cuenta para eventos de alto nivel sin tener que hacer remiendos de última hora, en virtud de ello, mi percepción es que este lugar debería en algún momento convertirse en un moderno parque y que el escenario deportivo y también el Coliseo migren a otra zona de la ciudad ya sea al norte o al sur, para esto se necesita el apoyo y decisión de algunos actores, entre ellos, los Gobiernos Provincial y Municipal, la Federación Deportiva de Tungurahua y por supuesto la empresa privada con el apoyo de las Cámaras de la Producción. Es hora que los ambateños nos preocupemos y exijamos un verdadero complejo deportivo que nos permita estar a la altura de otras urbes.