La salida de Unasur

La Unión de Naciones Sudamericanas no se parece a la creada en 2008. Primero porque quienes la impulsaron ya no están. Desde abril, seis grandes países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú) decidieron suspender su participación, debido a la falta de acuerdo para nombrar un nuevo Secretario General (cargo vacante desde enero de 2017) y por el caos administrativo y “graves problemas de disciplina” de la organización interna de la entidad.

A tal punto es la irrelevancia en la que ha caído Unasur, su falta de oficio y su vacuidad política, que el presidente Lenín Moreno, ha reclamado que le devuelvan la sede al país para ubicar allí una universidad indígena.

Hay que recordar que cuando surgió Unasur, Luiz Inácio “Lula” Da Silva y Hugo Chávez, persuadieron a sus colegas de que este nuevo organismo potenciaría las posibilidades de cooperación política e impulsaría grandes proyectos para el subcontinente. Y durante algunos años les funcionó como caja de resonancia instrumental para sus cometidos.

Ahora, el hecho de que varios países estén considerando salirse del organismo multilateral lo pone en graves aprietos.

Desde 2014 no se reúne su Consejo de Presidentes. Y ante la dictadura de Venezuela ha permanecido impávida, cómplice. Los desafueros y la crisis humanitaria no han merecido una sola condena. No tiene ningún sentido, entonces, seguir allí aportando al presupuesto de una burocracia estéril y costosa. Mejor dicho, no hay una sola justificación para seguir siendo parte de esa entidad.

«Trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro”.

Boris Pasternak
Poeta y autor ruso (1890-1960)

«Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas”.

Facundo Cabral
Cantautor argentino (1937-2011)