Una de las preguntas más frecuentes con las que se topan los mediadores de lectura de la ‘Campaña provincial de lectura La Pájara Pinta’ de la Casa de la Cultura Núcleo de Tungurahua es: ¿Qué hacer para que mis hijos lean?
“Mi hijo no quiere leer. Por más que le compro libros, él no se interesa. Muchas veces me enojo con él, porque prefiere estar en la computadora o la televisión y no se sienta a leer, son parte de las frases que los padres nos comentan”, afirma Tanya Benítez, mediadora de lectura de la campaña.
Benítez cuenta que los padres creen que existe una receta mágica que se puede aplicar, para que en unos cuantos días, sus hijos se conviertan en grandes lectores, pero comenta que esta idea resulta equivocada.
“Los abuelos cargaban sabiduría en sus frases y nos decían que se predica con el ejemplo, y eso es muy cierto, el padre o la madre, son seres mágicos a quienes los niños admiran, si en casa la presencia del libro es de uso cotidiano y si papá o mamá dedican unos cuantos minutos a la lectura, el niño verá que leer es un hecho atractivo”, argumenta la Mediadora.
Desde su experiencia Benítez afirma que los padres que leen, siempre tendrán niños lectores, pues lograrán transmitir la pasión por la lectura de manera discreta, pero efectiva. “Si usted no es lector, y en su casa no existe el hábito de la lectura, nunca es tarde para empezar. Hay miles de títulos esperándolo, para acariciarlo con sus historias. Puede empezar con cuentos cortos, que siempre tienen la puerta abierta hacia mundos diversos”, recomienda.
Para la profesional es necesario que los padres recuerden que los niños los tienen como una referencia importante en su vida. “Recuerde una vez más, que los niños se miran a través de nosotros, somos su espejo; o como lo dice Michéle Petit en ‘El extraño objeto que nos reúne’: “(…) Más que la presencia o la ausencia física de los libros en la casa, más que el nivel escolar alcanzado por los padres, cuenta el interés profundo que estos manifiestan hacia los libros”.