El pasto…

Patricio Durán

El pasto siempre es más verde en la casa del vecino, esta frase “The grass is always greener on the other side of the fence”, es muy común en los Estados Unidos, explica el pensamiento de que todo marcha mejor afuera, es decir, cuando vemos el estilo de vida de otra persona o sus propiedades, muchas veces nos despierta cierta envidia, y pensamos que su vida es mucho mejor que la nuestra, lo cual, obviamente, no tiene por qué ser verdadero una vez que nos ponemos a podar su césped.

Esta frase refleja muy bien al ser humano. Algo tenemos en nuestros genes, que creemos que quienes nos rodean siempre están mejor o tienen algo que nosotros no tenemos. Y esto lo aplicamos a prácticamente cualquier cosa que se nos ocurra: creemos que en los Estados Unidos hay mejores condiciones de vida que la nuestra, que nuestro vecino tiene una actitud que ya quisiéramos, que tiene una pareja más atractiva, y, por supuesto, también lo material: el auto, los viajes, su trabajo, y un largo, largo etcétera.

En América Latina creemos que en los Estados Unidos la vida es más sabrosa, y quieren llegar a ese paraíso. Pero conseguir visa al paraíso es muy difícil, más aún con un presidente xenófobo que impide cada vez más el ingreso de inmigrantes, siendo él descendiente de inmigrantes. Las razones por las que los inmigrantes buscan ingresar a EE. UU., son diversas: huir de malos gobiernos, de las ominosas dictaduras disfrazadas de democracia, otros huyen de la guerra, de un futuro incierto, de la pobreza, la violencia, la falta de oportunidades en su propio país, de horizontes apagados. Lamentablemente, son los más pobres los que toman esta decisión extrema de arriesgarse, de dejar madre, novia y hogar, para ir en busca de pastos, aparentemente, más verdes, en busca del sueño americano que cada día es más difícil conseguirlo.