Iván Paredes
El 10 de diciembre de cada año se conmemora el Día de los Derechos Humanos a nivel universal, fecha en la cual la Organización de las Naciones Unidas adoptó en 1948, a partir de la segunda guerra mundial, como una forma de que el ser humano tome conciencia del valor de la vida y respeto a la misma especie humana.
La humanidad en el proceso de existencialismo ha demostrado ser un gran depredador con los seres de su misma especie, la historia nos demuestra episodios trágicos entre nosotros, pero la gota que derramó el agua fue lo sucedido en Alemania en 1939, generando como hemos dicho la segunda guerra mundial donde murieron 60 millones de personas, haciendo que los Estados atiendan la problemática que se venía suscitando pero nadie daba el interés que se merecía; es así que, se crea la Organización de las Naciones Unidas con el único afán de proteger a la especie humana, creando la Declaración Universal de los Derechos Humanos como el fin que deben perseguir todos los pueblos y naciones, y así evitar que se genere una nueva barbarie de dolor y vergüenza para esta especie dotada de inteligencia. Con el paso del tiempo la Declaración a los DDHH, ha ido perdiendo su fuerza, prueba de ello es la migración, el abandono que han sido expuestas las personas por ciertos Estados que han demostrado desamor y frialdad, convirtiéndose en un acto degradante y de resignación que poco o nada se ha podido lograr. Marchas de miles de personas hacia Estados Unidos sin importar la adversidad o, el caso de Venezuela que sus conciudadanos piden clemencia para mantenerse con vida, deja en evidencia que aún falta mucho por hacer para lograr la dignidad humana como parte de la vida del ser humano en convivencia familiar.