Madre e hijo se reencuentran a los 28 años en Tungurahua

Reencuentro. Madre e hijo volvieron a verse, gracias a labor de la Dinased de la Policía Nacional.
Reencuentro. Madre e hijo volvieron a verse, gracias a labor de la Dinased de la Policía Nacional.

Alegría, emoción y lágrimas fue parte del escenario que se vio la mañana de ayer en uno de los salones de la Policía Nacional de Tungurahua, tras el reencuentro de Narcisa Mantilla con su hijo Vinicio Marcelo Altamirano, después de 28 años.

“No puedo describir la sensación de tener junto a mí a mi hijo, es como si volvió a nacer. Él se perdió a los 6 años luego de salir de clases, ya que mi expareja y padre de Vinicio me maltrataba física y sicológicamente, y quizás por huir de eso escapó”, reveló Narcisa.

También mencionó que se fue con su hijo a Quito para comenzar una nueva vida, pero al momento de inscribirle en la escuela le exigieron que debía tener el año del jardín de infantes, por lo que con mucho dolor regresaron a Baños de Agua Santa donde vivía con su expareja.

“Mi madre un día me dijo que Vinicio ya no regresó de la escuela, desde ahí comencé con la búsqueda pero es hoy, a los 28 años que doy con su paradero. Según la versión de mi hijo él me había seguido un día que yo me fui de viaje, pero abordó otro bus a Riobamba y fue así como desapareció”, dijo Narcisa.

El reencuentro de la mamá y su hijo fue posible gracias a las investigaciones de Miguel Carrillo, agente de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased). Ella tiene a la fecha 48 años y Vinicio 34.

Reencuentro

Por medio de una rueda de prensa, presidida por el coronel Rommel Navarrete, jefe de la Policía de Tungurahua se destacó que según la denuncia presentada por Narcisa Mantilla se conoció que su hijo desapareció en 1990, cuando vivía con su abuela en un sector de Baños de Agua Santa de donde ella es oriunda.

“La Dinased al evocar conocimiento de la denuncia y en cumplimiento a la delegación fiscal procedió a recolectar información con explotación de medios tecnológicos y de cotejamiento con el Registro Civil, para determinar si es que existían inscripciones tardías lo que ayudó con la localización de Vinicio Marcelo Altamirano”, afirmó Navarrete.

Reencuentro

“Yo salí siguiéndole a mi madre hasta la Terminal Terrestre de Baños y pensé que me subí en el mismo bus, pero no fue así, pues tenía el destino a Chimborazo y no Pichincha como lo creí”, afirmó Vinicio.

Desde ahí su vida cambió drásticamente, fue reportado al Instituto de la Niñez y la Familia (INFA) como entidad de derecho público adscrito al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).

Luego de varios años lo llevaron al albergue Mi Tambo donde estuvo hasta los 17 años. Gracias a su trabajo logró estudiar y también conoció a una mujer, con la que se comprometió y hoy tiene una hija.

“Varias ocasiones me fui a Baños a buscarle a mi madre, pero nadie me daba razón porque no sabía mis apellidos, fueron mis amigos los que me contactaron a decirme que la Policía me estaba buscando”, agregó Vinicio.

Con un abrazo madre e hijo sellaron su amor la mañana de ayer, hoy su compromiso es recuperar el tiempo perdido y compartir junto a sus cuatro hermanos de madre y sus cuatro sobrinos. (EV)

EL DATO

La madre tiene insuficiencia renal y su sueño siempre fue encontrar a su hijo.

LA CIFRA

144 Casos de desaparecidos se han registrado en el 2018, de ellos 137 ya han sido localizados y los demás están en investigación.