La Escuela de Arte ‘Atelier’, lleva cuatro años enseñando a niños, jóvenes, personas adultas y adultos mayores, diferentes técnicas de dibujo, oleo, escultura y grabado. Paul Altamirano, artista plástico, es el director de la escuela que empezó con la perspectiva de generar nuevas propuestas para la formación artística.
Esta escuela se encuentra ubicada en el primer piso de la Casa de la Cultura Núcleo de Tungurahua, cuenta con una enseñanza permanente en las artes plásticas. La malla tiene dos modalidades, el semillero, que empieza con niños desde los 8 hasta los 12 años y la siguiente etapa desde los 13 años en adelante y no tiene límite de edad.
El costo del taller es de 38 dólares mensuales que no incluyen los materiales. La escuela cuenta con alumnos becados que destacan por su talento, de esta forma se busca motivar la creación y las ganas de convertirse en grandes artistas.
“Los iniciamos con el dibujo, cuando han logrado avances pasamos al siguiente modulo y trabajamos grabado, luego pintura y al final se dedican a la escultura”, cuenta Altamirano al referirse sobre el método de aprendizaje.
Concluidos todos los capítulos, los estudiantes realizan una producción inédita acompañada de su respectiva exposición, todo de forma individual. Cumplido estos requisitos se gradúan de artistas plásticos certificados.
Una pasión
Juan Sánchez, 22 años, estudiante de ‘Atelier’, lleva un año y dos meses bajo la tutela de su maestro, en este tiempo cuenta que, “el proceso ha sido muy práctico y a la vez muy inspirador, ya que el profesor nos enseña todo tipo de técnicas, como es construcción y composición”.
Los planes a futuro de Juan son llegar a ser un gran maestro del arte y enfocar todas sus enseñanzas como artista conceptual en el mundo de los video juegos, creando escenarios y personajes, plasmando la mentalidad de la gente en obras tangibles.
El maestro
Paul Altamirano ha realizado alrededor de 40 exposiciones a nivel nacional, teniendo como la más destacada una exposición itinerante, en el año 2002, iniciada en Ambato y que visitó Quito y Cuenca.
“La exposición contó con 23 obras que usaron la técnica del dibujo y óleo y se llamó ‘Imágenes de un pretérito presente’ y hablaba de la gente que está a la vista de todos pero que nadie las quiere ver, entre mendigos, indigentes y betuneros, era contar la otra realidad de nuestra sociedad”, comentó Altamirano.