Martha

Martha, sin conocerte, te abrazo. Cada detalle de la agresión contra tu cuerpo y dignidad, conmueven las fibras más íntimas. No, no eres culpable de lo ocurrido, los responsables son tres hombres sanguinarios que ultrajaron tu cuerpo.

No, no provocaste esta violación. Ni tu vestimenta, ni tu libertad, ni tus palabras, ni tu manera de caminar, ni tu forma de relacionarte con otras mujeres u hombres lo provocaron. Los culpables son tres canallas cobijados en el machismo y en la violencia, los culpables son tres violadores.

Recorre en mi la vergüenza e indignación al pertenecer a esta sociedad misógina que buscará, en lo posible, incriminar, cuestionar, dudar de toda mujer abusada sexualmente, pretendiendo justificar a los agresores. Y tú, lamentablemente, serás incriminada y revictimizada.

Tu dolor es nuestro dolor. Tu repudio es nuestro repudio al país que no logró protegerte. Tu indignación es nuestra indignación por quienes fomentan el acoso y la violencia como parte del patriarcado de esta corrompida sociedad. El machismo lastima, el machismo mata.

Perdón, perdón por las miles de niñas, adolescentes y mujeres violentadas cada año. Perdón por las decenas de femicidios que ocurren año tras año en el país. Perdón por las mujeres que jamás regresaron a su hogar.

Sé que ningún castigo a los agresores te devolverá la tranquilidad, ni resucitará a las víctimas del femicidio. Sin embargo, exigiremos para que los perpetradores de este y otros crímenes paguen sus culpas.

Martha, asumiremos entre todos y en nuestra sociedad la lucha feminista como un compromiso de defender los derechos de las mujeres basada en la igualdad económica, política y social de los sexos. Es necesario apoderarnos de esta causa para que ni una mujer más sea víctima solo por ser mujer. Una causa necesaria para proteger a las mujeres en todos los espacios y promover su absoluta libertad.

Esta lucha es por ti, por Emilia, por Karina, por Gabriela, por las 17.488 niñas menores de 14 años violadas y obligadas a parir entre el 2009 y 2016. Esta lucha es por las que están y por las que no están. Martha, estamos contigo, estamos con todas. ¡Ni una menos!