Violencia machista

Seguramente este tema estará presente en todos los titulares, redes sociales y porque no en los protagonistas electorales, sin embargo, hoy quiero referirme a esto porque es una alerta emergente que esta en nuestro entorno y pasa muy cerca de nosotros. Esta por demás comenzar a enumerar o volver a contar los acontecimientos en torno a casos de femicidios ocurridos en nuestro país, que siguen enlutando familias, horrorizando a la opinión pública, engordando el morbo de la gente sin sentido y demostrando que nuestra sociedad se cae a pedazos.

En la última semana tenemos dos casos violentos que nos terminan cuestionando de cómo esta organizado el sistema, de cómo no existe una conciencia social, de cómo se va cosechando un accionar machista introducido en las entrañas de la sociedad, que va desde pequeñas actitudes de una supuesta superioridad del hombre, desde la crítica de cómo se viste una mujer, desde evidenciar una falsa debilidad de la mujer; años de prácticas cotidianas que hoy terminan en hechos de violencia y muerte.

Existe un fuerte dolor, indignación e impotencia a la vista de todos, con lo ocurrido en Quito y en Ibarra en las últimas horas, debemos tener una postura dura y radical con la violencia inhumana contra las mujeres, pero no debemos desviar esa ira en contra de las personas extranjeras que por situaciones muy difíciles tuvieron que migrar hasta nuestro país, eso significaría una manera de camuflar el tema de la violencia machista en esta otra problemática social.

No solo esperemos que sea el gobierno, los activistas o las leyes quienes den luces para dar soluciones a estos temas, ni tampoco ser unos indignados desde las redes sociales o columnas de opinión, es el deber ciudadano unirse para construir una sociedad de paz, desde la propuesta a la exigencia, decirles que estamos juntos en esto, no dejarnos invadir por el odio y buscar culpables por lo que todos dicen o los medios cantan.

Insisto que el cambio esta desde nuestras actitudes, desde esa educación humanista hacia nuestros hijos enfocada en la equidad y respeto a la diversidad. Busquemos entonces los mejores mecanismos para que entre todos podamos decir Ni Una Menos.