Humillados y ofendidos

Quizás un tanto desconocida, ‘Humillados y ofendidos’ es una de las más grandes obras de Fiodor Dostoievski. Como en casi todas sus obras, los desamparados se dan cita en una trama turbulenta y llena de tristeza, aunque en este caso encontramos una cierta luminosidad que parece arrojar alguna esperanza sobre el destino de algunos protagonistas.

En este artículo no voy a analizar esta novela del escritor ruso, sino más bien a hacer una analogía con lo sucedido con algunas de las últimas alianzas políticas que dejaron a varios humillados y ofendidos.

Los partidos o movimientos políticos que tienen una alianza, se supone que se ayudan mutuamente cuando lo necesitan, pues eso es una alianza: una conexión a través de la cual se comparte un interés común. Lamentablemente quedó en evidencia que no hay más alianzas que las que trazan los intereses y que nunca es segura la alianza con un poderoso, pues a la final este se impone. Confiar en alguien que abandonó a sus “aliados” en el último momento, me lleva a colegir que no es un “alcaldable” honesto, y como actuó en la alianza actuará cuando sea autoridad.

Como suele ocurrir en las novelas del maestro ruso, los personajes están aquejados de un “fatum” tenebroso: los aliados solo se unen con sinceridad solamente cuando se trata de su beneficio personal. Militantes se han ido de los partidos políticos porque no están de acuerdo con las alianzas que se generan en las alturas del poder, sin consultar con las bases. Como digo, solamente se hacen alianzas con objetivos a corto plazo, por captar el poder inmediato, luego viene el llanto y el crujir de dientes cuando los “aliados” se alzan con el “santo y la limosna”, y quedan humillados y ofendidos de una u otra manera, convirtiéndose así en marionetas destrozadas de un destino funesto e implacable.