Este año se pedirá, en varias actividades, que desclasifiquen los documentos sobre el asesinato del líder popular.
Hasta la reunión anual de la Unión Interparlamentaria que se celebrará la próxima semana, en Ginebra, volverá la memoria de Jaime Hurtado. A dos décadas de su asesinato, esa y otras actividades serán parte de las acciones que promueven sus familiares y los líderes de partidos políticos de izquierda con el fin de exigir justicia.
El proceso sigue abierto y a pesar de que dos de los autores materiales del crimen están detenidos, no se ha determinado a los autores intelectuales. Por eso, este año, además de entregar ofrendas florales en Quito y Guayaquil, se pedirá a la Ministra del Interior, María Paula Romo, que desclasifique los documentos relacionados con el caso del fundador del Movimiento Popular Democrático (MPD) y primer diputado afro.
Fue un 17 de febrero de 1999. El teléfono de la esposa del hasta entonces diputado sonó y la voz de una periodista le dijo que Hurtado había sido abaleado a pocas cuadras del Congreso Nacional. Su hijo Lenin estaba con ella y recuerda ese día por escenas: el viaje urgente de Quito a Guayaquil, la morgue, el velorio en el Congreso.
Por justicia
A lo que vendría después para la familia, Geovanny Atarihuana, director de Unidad Popular (antes MPD), lo describe como el montaje de una telenovela. Jamil Mahuad, quien gobernaba el país, habló frente a los medios de comunicación y se comprometió a investigar el crimen, pero luego aparecieron historias que trataban de vincular a Hurtado con grupos delictivos.
Se formó una Comisión en la que participó Lenin Hurtado, quien ya se había graduado como abogado, siguiendo los pasos de su padre. Se comprobó que las acusaciones eran falsas y se vinculó a varios responsables. Entre ellos Freddy Simón Contreras Luna, quien está en prisión, Washington Aguirre, Christian Ponce, Gerardo Martínez y Henry Wilbeth Gil Ayerve y Serguey Merino.
Pensar en esa época, es para Lenin Hurtado un sinónimo de dolor no solo por la pérdida de su padre sino por la situación nacional. Estos años ha seguido en la lucha junto a las familias de Pablo Aníbal Tapia, diputado alterno del MPD y Wellington Borja, su primo, a quienes también asesinaron.
De su padre recuerda que le gustaba mucho leer y que la poesía era una de sus pasiones. A su casa solía llegar el poeta esmeraldeño Antonio Preciado. Eran tardes y noches de poesía en la que todos participaban.
Legado
El diputado Jaime Hurtado se acomoda la chaqueta de color habano que lleva puesto y le reclama sin titubeos al presidente del Congreso, Juan José Pons, porque el día anterior no le dejó hablar. Ante la mirada de todos lo señala y dice que lamenta que haya diputados de primera y de segunda; que él fue elegido por voto popular y que nadie le impedirá expresarse.
El que aparece en el video de YouTube de baja calidad de uno de los debates, entre 1998 y 1999, es el mismo que nació en Esmeraldas un 7 de febrero de 1937, el que siempre repitió que con su título en la mano se acordó de sus padres quienes nunca aprendieron a leer ni escribir y decidió que defendería la lucha por los pobres.
Esa “palabra vibrante” es la que recuerda Atarihuana, quien lo conoció en la Federación de Estudiantes. Entre sus anécdotas no ha olvidado que seguir a Hurtado era una “proeza”, porque era muy alto y sus piernas muy largas. “Seguro que caminaremos juntos / sobre tus dos piernas largas, Jaime Hurtado”, escribió Fernando Chávez, en la canción para el festival Grito Rebelde por Jaime Hurtado.
Alfonso Yánez, quien fue su binomio en la candidatura presidencial en 1984, se acuerda de sus recorridos por el país. En una ocasión, desaparecieron por dos días porque se quedaron varados entre Loja y Guayaquil. En ese tiempo no había celulares así que esperaron hasta que unos campesinos los ayudaron. Yánez recuerda una de sus frases ya de otros tiempos: “Hablaré hoy y no mañana”. (PCV)
Actividades
Remembranza
° Domingo 17
Parque de la Paz, Guayaquil (10:00)
° Lunes 18
Monumento a Jaime Hurtado, Asamblea Nacional, Quito (10:15).