Despiden a joven músico ambateño tras desgracia en Manabí

DOLOR. Los familiares y amigos de Gabriel llegaron a su velorio en la Casa de la Cultura Núcleo de Tungurahua.
DOLOR. Los familiares y amigos de Gabriel llegaron a su velorio en la Casa de la Cultura Núcleo de Tungurahua.

El cuerpo de Ludvin Gabriel Galarza fue enterrado en la parroquia natal de su padre en Santa Rosa, la tarde de ayer.

El bajo, la guitarra y el sintetizador ahora serán escuchados en la eternidad, tras la muerte de Ludvin Gabriel Galarza, quien formaba parte de cuatro bandas: Ciudad León, Zir, Consecuencias y Máquina Monroe.

La canción que más le apasionaba a Gabriel, de 25 años, era Santita de Sudakaya, que en su primera estrofa dice: ‘todos venimos de una estrella de mar ríos de lágrimas, riegan los campos santita de mi devoción, gracias por darme la vida y la sonrisa de cada día…

El joven es la segunda víctima del hecho ocurrido la tarde del lunes 11 de marzo, en donde cinco personas quedaron atrapadas por el fuerte oleaje en las playas de Ayampe de Puerto López, tres de ellos lograron salir y dos murieron.

El cuerpo de Daniela Buenaño, de 23 años, fue enterrado la tarde del jueves luego de la misa desarrollada en la iglesia de San Alfonso en Ficoa.

Recuerdos

Julio Valle, integrante de la banda Ciudad León, mencionó que Ludvin era el menor de la agrupación, a quien le trataban como ‘Chamito Galarza’ y ‘El Pajarito’.

“Era una persona idealista que no se dejaba llevar por nadie, estaba siempre libre de prejuicios y le gustaba que la gente se una y luche por sus objetivos”, afirmó Valle.
Además, mencionó que Ludvin grabó recién un CD de Pop-Rock, que saldrá al aire en pocos meses a nivel local y nacional.

“Ludvin, empezó hace cinco años con la música en el grupo Ciudad León donde tocaba el bajo y por lo que era admirado por todos, tras ser el menor y también por las ganas que le ponía a la música”, finalizó Valle.

Mientras que Alison Solís, amiga del occiso, aclaró que ella fue parte del viaje, pero prefería no recordar los hechos y solo pensar en sus amigos como los buenos artistas que fueron.

María de los Ángeles, hermana de la víctima, afirmó que Gabriela era una persona trabajadora y entregada a la música. “Mi hermano fue rebelde, quien luchaba siempre por sus ideales”, agregó.

Finalmente la hermana manifestó que Ludvin Gabriel era la luz de los ojos de su madre. (EV)