Manuel Borras, el viajero: por una literatura sin banderas

INVITADO. Es la quinta visita del editor español al país. Mantiene cercana relación con escritores nacionales.
INVITADO. Es la quinta visita del editor español al país. Mantiene cercana relación con escritores nacionales.

El Director de Pre-textos busca ampliar la visión ibérica de la literatura escrita en español.

Como pez en el agua, Manuel Borras se deja embargar por el olor de los libros que acoge la biblioteca del Centro Cultural Benjamín Carrión. Varios títulos saltan a sus ojos y le recuerdan rostros, encuentros de tiempo atrás con colegas y amigos de las letras.

El español, co-fundador y director del sello editorial Pre-textos, vino por primera vez al país hace más de veinte años, en un viaje turístico desde Cusco con el poeta español Francisco Brines.

“Yo tenía aquí un amigo, que era Jorge Enrique Adoum”, cuenta Borras. Al escritor ecuatoriano lo conoció en Caracas, durante la ceremonia del premio de poesía Pérez Bonalde, y la cálida relación que entablaron fue un motivo más para hacer una parada en Ecuador.

“Era un hombre encantador -comenta-, contaba unas anécdotas maravillosamente, tenía buen humor, muy irónico y crítico consigo mismo, incluso”.

El oficio le hace imposible conocer nuevos lugares sin interesarse por la literatura local. De la mano de Adoum, Borras tuvo su primer contacto con las letras nacionales.

El jueves y viernes, el editor impartió la conferencia ‘Editando desde las dos orillas’, invitado por el Centro Cultural Benjamín Carrión. Su trabajo con Pre-textos busca visibilizar, en la península Ibérica, la literatura escrita en español desde los países hispanohablantes.

Pre-textos, fundada en 1976, apareció en una España totalmente dividida. ¿Cómo influyó ese contexto en la línea editorial que se planteó, y cómo ha ido variando esa línea hasta hoy?

En el ADN de Pre-textos hay dos cosas: su vocación americanista, muy consciente de que parte de la gran literatura en español se estaba escribiendo en esta parte de la orilla. También, como hijos de la transición democrática, nos planteamos como deber moral el tratar de conciliar esas dos Españas, que nacieron tras nuestra guerra ‘in-civil’. Esos fueron nuestros principios, aparte de publicar cosas que no había en nuestra lengua y estaban consideradas importantes en el ámbito intelectual. A más de 40 años de sus inicios, creo que lo que más le ha caracterizado ha sido su pasión por América y por la reconciliación de esas dos Españas, que hoy vuelven a estar divididas.

¿Cómo ve hoy el escenario literario de América Latina?

Excelente, mantengo la idea de que la gran literatura se está escribiendo en inglés, español y portugués. Una de las injusticias que hemos cometido desde la Península, y que seguimos cometiendo por inercia, es considerar la literatura ‘española’, hay que empezar a hablar de literatura ‘en español’. La literatura española es la dinámica que es gracias a todos los hablantes de español de la América.

¿La literatura de Latinoamérica tiene grandes públicos en España?

Sí, pero se siente que hay oleadas de interés, a veces son coyunturales. Pero sí que lo hay, un interés creciente. Hoy, los autores latinoamericanos en mi país se leen como propios, pero aquellos autores que conocemos. Nadie echa de menos a un desconocido, hay muchos autores a los que no se les conoce porque no se ha tenido la voluntad de llevarlos a la otra orilla.

¿Qué hace del catálogo de Pre-textos diferente de las grandes casas editoriales, para que se haya manejado de forma independiente por tantos años, con tanto éxito?

Quizá haya coadyuvado a ese éxito el que a nosotros siempre se nos ha considerado locales. Cuando hemos ido a América, hemos ido para impregnarnos de América. Cuando se habla de Latinoamérica, parece que nos focalizamos solamente en Argentina, México, Perú, Colombia y Venezuela. ¿Y Ecuador, Guatemala, El Salvador? Existe la República Dominicana, existe Cuba, que tiene una gran literatura. Parece que concentramos nuestra atención solo en aquello que es vendible, pero una cosa es lo vendible y otra es lo valioso.

¿Qué aconsejaría a las nuevas editoriales independientes de Ecuador, para que logren prevalecer en el tiempo?

Amor a la literatura, perseverancia y, desde luego, no tener prisa. Creo que uno de los grandes males de nuestra época es la prisa. Nosotros tenemos un señalador de lectura que reza: “Nada verdaderamente importante en la vida requiere urgencia”.

¿Hasta dónde puede entrar la mano del editor, sin violar la libertad del autor?

El editor tiene que ser escrupulosamente respetuoso. Esa manía que tienen algunos editores de erigirse como coautores, me parece terrible. Uno reconoce a un autor por su excelencia; que después puedas contribuir con tus consejos a mejorar eso, vale. Un editor es un consejero. Es el que cuida la edición, tiene que dar la mejor compañía a los autores en ese momento dramático y gozoso en que estás sometiendo algo que es producto de su intimidad a la intemperie de los otros.

¿Cuál es su posición frente al lenguaje inclusivo?

No he tenido muchos problemas con ese respecto. Pero sí que se puede dar, y creo que esas son falsas polémicas. Creo que la literatura es buena o mala. Nunca he publicado un libro por la condición femenina o masculina de los autores, o por su extracción ideológica, o su condición de género. Si en mi catálogo todo eso está equilibrado, quiere decir que el mundo está bien hecho. Por fortuna, hoy tenemos mujeres, hombres, homosexuales y heterosexuales que escriben maravillosamente bien. (AA)

«El editor es como un director de orquesta, tiene que saber tocar muchos instrumentos y armonizar todo el proceso de edición”.

Manuel Borras
Director de Pre-Textos.

EL DATO

Editorial Pre-textos tiene más de 1.500 títulos, entre los que destacan las obras latinoamericanas y traducciones.