En el artículo 16 literal b de la Ordenanza que regula y controla la ocupación de bienes de uso público, queda explícitamente prohibida la ejecución de actividades artísticas, religiosas, deportivas, sociales o cualquier tipo de actividad comercial no autorizada.
Así mismo en le literal c se impide las actividades comerciales con coches, vehículos, carretas, asaderos, furgones, carpas y otros bienes muebles que impidan el libre tránsito vehicular y peatonal en bienes de uso público.
Patricio Carrasco, director del Consejo Municipal de Seguridad Ciudadana de Ambato (Comseca), señaló que desde que empezó su trabajo en esta administración hace poco más de un mes, se siguió con la labor de socialización de lo que estipula esta Ordenanza.
Sanciones
A pesar de los procesos de socialización y concientización con los comerciantes en este tiempo ya se cuenta con 17 resoluciones sancionatorias a quienes han infringido lo que estipula la Ordenanza.
Previo a llegar a las sanciones se realiza un trabajo con los comerciantes para que conozcan los detalles de la normativa, adicional se debe haber procedido con acciones como el retiro provisional de la mercadería e implementos de trabajo.
Si todo esto ya falló se levanta un informe técnico que se transfieres hasta el Sistema de Justicia Integrado de la Municipalidad de Ambato, para que este de paso a la sanción.
Carrasco hizo un llamado a la colectividad a respetar la Ordenanza para que la ciudad crezca de manera ordenada y sin contratiempos.
Sobre el particular comentó que es difícil hacer una vigilancia más efectiva, ya que la Municipalidad cuenta con 83 agentes de Control que deben intervenir en el trabajo de alrededor de 3 mil 300 informales en toda la ciudad.
“Se necesitarían por lo menos 120 agentes más para equiparar el control con el número de comerciantes autónomos, pero estamos haciendo el requerimiento necesario para ver si en este año o para 2020 podemos contar con por lo menos 50 o 60 nuevos agentes”, resaltó Carrasco.
Comerciantes
Uno de los sectores más conflictivos es el derredor del mercado Modelo, en donde quienes hacen su actividad comercial de manera informal aseguran que llevan en este lugar por años y que no saldrían del mismo.
Por su parte Diego Viteri, quien vende medias en las calles, cuenta que la situación está complicada y que de alguna forma debe conseguir dinero para llevar el pan de cada día a su esposa, a su hijo y a su mamá.
Algo similar señala Dianis Magallanes, venezolana que lleva en la ciudad alrededor de cinco meses, ella comenta que el único ingreso que tiene es vender arepas recorriendo las calles. (NVP)