Otro tongo

El presidente Lenin Moreno y sus ministros, no atinan ni en el discurso ni en las acciones que requiere un país abatido por el desempleo, la pobreza, la inseguridad, la desigualdad, la violencia en cárceles y más. Es innegable reconocer el esfuerzo del gobierno del presidente Moreno por recuperar la institucionalidad perdida, no obstante, instituciones más sólidas en un país con cifras económicas alarmantes no garantizan una sana democracia.

Según el INEC, el nivel de pobreza a junio de 2019 alcanzó al 25,5 % de los ecuatorianos. La pobreza extrema ascendió al 9,5 % en junio de 2019. Y seis de cada diez personas que están en capacidad de trabajar, están en condiciones precarias de trabajo.

El gobierno, en su desesperación por honrar algunas obligaciones del régimen anterior, emitió bonos para el pago de incentivos jubilares, contrajo más deuda, incrementó pasivos con la venta anticipada de petróleo. Ni que decir del tren playero o del Metroférico de Quito o de la nueva refinería, cuando ni las anunciadas reformas tributarias y laborales no aterrizan en la Asamblea Nacional.

En esta carnicería de ofrecimientos incumplidos, deudas, ofertas demagógicas, cifras alarmantes y más, los discursos del primer mandatario aterran y avergüenzan. No es la primera ni será la última ocasión en la que Moreno y sus absurdos discursos ofenden. En una de sus más recientes intervenciones, intentó resaltar el trabajo y la explotación infantil camuflándolos de emprendimientos. Y no tan lejos, en la desesperación por desviar la atención de los problemas nacionales, ha propuesto a Colombia y Perú organizar en conjunto con Ecuador un Mundial de Futbol.

La más “esperanzadora cifra” nos obligaría a gastar más de 3 500 millones de dólares para ser anfitriones de esta fiesta deportiva. Al parecer, este tongo tratará de ocultar una serie de decisiones impopulares que tomará el gobierno en las próximas semanas y meses. En este país, que exige más a un futbolista que a sus gobernantes, de seguro la euforia de imaginar un mundial en casa bastará para saciar la indignación popular. ¿Esta es la mesa servida que Moreno heredará a su sucesor?.