¿Quién aprovecha caos?

Daniel Jerez

Más de 10 días han pasado del paro nacional que empezó con la protesta de transportistas, quienes acabaron con la movilidad de las ciudades, luego varios sectores sociales y con más fuerza los indígenas que han dominado el espectro en los últimos días, lamentablemente han sido más noticias malas que buenas, con autoridades locales impotentes e incapaces de diálogo para mitigar de alguna forma la emergencia y el caos.

Existe desorden social, saqueos, desabastecimiento de víveres, secuestros, actos terroristas a bienes públicos y medios de comunicación, muertes y violencia que han pasado injustamente factura a todos los ecuatorianos. Pasamos de una supuesta lucha social a una guerra entre nosotros y será la ley quien juzgue a los responsables y seguramente la sociedad ecuatoriana los condenará para siempre.

Claramente detrás de esto hay intereses que nos les importa eliminar subsidios o reformas laborales, hay mafias que pretenden volver al poder para seguir saqueando y encubriendo más délitos, todos ellos serán desenmascarados y hay que decirles que no fue ni será posible sus intentos golpistas para salvar sus millones. Es evidente como en medio de la protesta social y la organización legítima del sector índigena se infiltran vándalos manejados por delincuentes para utilizarlos y desviar los objetos de lucha, que generan desorden para pescar a río revuelto.

En medio del caos felizmente se percibe un sentido de patriotismo y solidaridad, hemos visto ciudadanos organizados para cuidar de sus barrios y otros que han ayudado con alimentos, medicinas y asistencia a índigenas, policÍas y militares, teniendo sitios como zonas de paz, movilizando donaciones y voluntades que hacen ver que aún hay una sociedad de paz y futuro posible.

Los ecuatorianos somos luchadores y rebeldes cuando nos despertamos a trabajar honestamente, al ser solidarios, al respetar al otro, al buscar el bien común, sin tener que violar el orden público, sin privar de servicios, sin destrozar las calles, sin tener que pintarse de rojo y encapuchados con la imagen de ilustres para realizar estos actos; la sociedad ha cambiado y el progreso nace desde la ideología y se construye con acciones.

Daniel Jerez

Más de 10 días han pasado del paro nacional que empezó con la protesta de transportistas, quienes acabaron con la movilidad de las ciudades, luego varios sectores sociales y con más fuerza los indígenas que han dominado el espectro en los últimos días, lamentablemente han sido más noticias malas que buenas, con autoridades locales impotentes e incapaces de diálogo para mitigar de alguna forma la emergencia y el caos.

Existe desorden social, saqueos, desabastecimiento de víveres, secuestros, actos terroristas a bienes públicos y medios de comunicación, muertes y violencia que han pasado injustamente factura a todos los ecuatorianos. Pasamos de una supuesta lucha social a una guerra entre nosotros y será la ley quien juzgue a los responsables y seguramente la sociedad ecuatoriana los condenará para siempre.

Claramente detrás de esto hay intereses que nos les importa eliminar subsidios o reformas laborales, hay mafias que pretenden volver al poder para seguir saqueando y encubriendo más délitos, todos ellos serán desenmascarados y hay que decirles que no fue ni será posible sus intentos golpistas para salvar sus millones. Es evidente como en medio de la protesta social y la organización legítima del sector índigena se infiltran vándalos manejados por delincuentes para utilizarlos y desviar los objetos de lucha, que generan desorden para pescar a río revuelto.

En medio del caos felizmente se percibe un sentido de patriotismo y solidaridad, hemos visto ciudadanos organizados para cuidar de sus barrios y otros que han ayudado con alimentos, medicinas y asistencia a índigenas, policÍas y militares, teniendo sitios como zonas de paz, movilizando donaciones y voluntades que hacen ver que aún hay una sociedad de paz y futuro posible.

Los ecuatorianos somos luchadores y rebeldes cuando nos despertamos a trabajar honestamente, al ser solidarios, al respetar al otro, al buscar el bien común, sin tener que violar el orden público, sin privar de servicios, sin destrozar las calles, sin tener que pintarse de rojo y encapuchados con la imagen de ilustres para realizar estos actos; la sociedad ha cambiado y el progreso nace desde la ideología y se construye con acciones.

Daniel Jerez

Más de 10 días han pasado del paro nacional que empezó con la protesta de transportistas, quienes acabaron con la movilidad de las ciudades, luego varios sectores sociales y con más fuerza los indígenas que han dominado el espectro en los últimos días, lamentablemente han sido más noticias malas que buenas, con autoridades locales impotentes e incapaces de diálogo para mitigar de alguna forma la emergencia y el caos.

Existe desorden social, saqueos, desabastecimiento de víveres, secuestros, actos terroristas a bienes públicos y medios de comunicación, muertes y violencia que han pasado injustamente factura a todos los ecuatorianos. Pasamos de una supuesta lucha social a una guerra entre nosotros y será la ley quien juzgue a los responsables y seguramente la sociedad ecuatoriana los condenará para siempre.

Claramente detrás de esto hay intereses que nos les importa eliminar subsidios o reformas laborales, hay mafias que pretenden volver al poder para seguir saqueando y encubriendo más délitos, todos ellos serán desenmascarados y hay que decirles que no fue ni será posible sus intentos golpistas para salvar sus millones. Es evidente como en medio de la protesta social y la organización legítima del sector índigena se infiltran vándalos manejados por delincuentes para utilizarlos y desviar los objetos de lucha, que generan desorden para pescar a río revuelto.

En medio del caos felizmente se percibe un sentido de patriotismo y solidaridad, hemos visto ciudadanos organizados para cuidar de sus barrios y otros que han ayudado con alimentos, medicinas y asistencia a índigenas, policÍas y militares, teniendo sitios como zonas de paz, movilizando donaciones y voluntades que hacen ver que aún hay una sociedad de paz y futuro posible.

Los ecuatorianos somos luchadores y rebeldes cuando nos despertamos a trabajar honestamente, al ser solidarios, al respetar al otro, al buscar el bien común, sin tener que violar el orden público, sin privar de servicios, sin destrozar las calles, sin tener que pintarse de rojo y encapuchados con la imagen de ilustres para realizar estos actos; la sociedad ha cambiado y el progreso nace desde la ideología y se construye con acciones.

Daniel Jerez

Más de 10 días han pasado del paro nacional que empezó con la protesta de transportistas, quienes acabaron con la movilidad de las ciudades, luego varios sectores sociales y con más fuerza los indígenas que han dominado el espectro en los últimos días, lamentablemente han sido más noticias malas que buenas, con autoridades locales impotentes e incapaces de diálogo para mitigar de alguna forma la emergencia y el caos.

Existe desorden social, saqueos, desabastecimiento de víveres, secuestros, actos terroristas a bienes públicos y medios de comunicación, muertes y violencia que han pasado injustamente factura a todos los ecuatorianos. Pasamos de una supuesta lucha social a una guerra entre nosotros y será la ley quien juzgue a los responsables y seguramente la sociedad ecuatoriana los condenará para siempre.

Claramente detrás de esto hay intereses que nos les importa eliminar subsidios o reformas laborales, hay mafias que pretenden volver al poder para seguir saqueando y encubriendo más délitos, todos ellos serán desenmascarados y hay que decirles que no fue ni será posible sus intentos golpistas para salvar sus millones. Es evidente como en medio de la protesta social y la organización legítima del sector índigena se infiltran vándalos manejados por delincuentes para utilizarlos y desviar los objetos de lucha, que generan desorden para pescar a río revuelto.

En medio del caos felizmente se percibe un sentido de patriotismo y solidaridad, hemos visto ciudadanos organizados para cuidar de sus barrios y otros que han ayudado con alimentos, medicinas y asistencia a índigenas, policÍas y militares, teniendo sitios como zonas de paz, movilizando donaciones y voluntades que hacen ver que aún hay una sociedad de paz y futuro posible.

Los ecuatorianos somos luchadores y rebeldes cuando nos despertamos a trabajar honestamente, al ser solidarios, al respetar al otro, al buscar el bien común, sin tener que violar el orden público, sin privar de servicios, sin destrozar las calles, sin tener que pintarse de rojo y encapuchados con la imagen de ilustres para realizar estos actos; la sociedad ha cambiado y el progreso nace desde la ideología y se construye con acciones.