Momento de reflexión

Iván Paredes

Los acontecimientos suscitados a partir del 3 de octubre del presente año, debe conducirnos a un momento de conciencia y reflexión, tanto, cuanto, que damos y hacemos en bien de la sociedad, como del mismo Estado que se debe a todo un conglomerado que ha decidido constituirle con el único fin de proteger y garantizar sus derechos dentro del marco de la democracia como poder del pueblo, pero que, en realidad esto último podemos evidenciar nunca se ha cumplido y, no es por el mismo Estado, sino más bien por el sistema endeble que permite que cualquier persona dirija y administre el bien público sin el menor escrúpulo, únicamente, mediante un conjunto de normativas y leyes que nadie respeta, más cuando, lo primordial es cuidar el patrimonio propio e individual que ha sido adquirido con mañas y corrupción.

Es justo y correcto que se elija un Presidente Constitucional de un par de personas que tienen un pasado deslucido, por decirlo menos, tanto en lo individual como en lo familiar, y no me refiero a las últimas elecciones presidenciales, sino a las del 2007, donde en momentos de shock social, escogieron a una persona que demostró todos los complejos y comportamientos negativos que un ser humano puede adquirir, trasladando aquello a otras personas con falta de criterio para destruir y arruinar el orden constitucional; lo peor de todo es que dicen hacerlo en bien del Ecuador, esto nos debe llamar a la reflexión, de cómo se está formando una sociedad que muchas veces hemos dicho de paz y unidad, cuando en realidad existe un cúmulo de emociones reprimidas que hoy han salido a la luz y, no se trata de ser indígenas, mestizos, negros, y demás, sino de mantener valores y principios que han sido perdidos por los actores políticos y un movimiento que demostró ser un grupo de terrorismo, saqueo y abuso que nos ha llevado a días de caos y tensión.

Iván Paredes

Los acontecimientos suscitados a partir del 3 de octubre del presente año, debe conducirnos a un momento de conciencia y reflexión, tanto, cuanto, que damos y hacemos en bien de la sociedad, como del mismo Estado que se debe a todo un conglomerado que ha decidido constituirle con el único fin de proteger y garantizar sus derechos dentro del marco de la democracia como poder del pueblo, pero que, en realidad esto último podemos evidenciar nunca se ha cumplido y, no es por el mismo Estado, sino más bien por el sistema endeble que permite que cualquier persona dirija y administre el bien público sin el menor escrúpulo, únicamente, mediante un conjunto de normativas y leyes que nadie respeta, más cuando, lo primordial es cuidar el patrimonio propio e individual que ha sido adquirido con mañas y corrupción.

Es justo y correcto que se elija un Presidente Constitucional de un par de personas que tienen un pasado deslucido, por decirlo menos, tanto en lo individual como en lo familiar, y no me refiero a las últimas elecciones presidenciales, sino a las del 2007, donde en momentos de shock social, escogieron a una persona que demostró todos los complejos y comportamientos negativos que un ser humano puede adquirir, trasladando aquello a otras personas con falta de criterio para destruir y arruinar el orden constitucional; lo peor de todo es que dicen hacerlo en bien del Ecuador, esto nos debe llamar a la reflexión, de cómo se está formando una sociedad que muchas veces hemos dicho de paz y unidad, cuando en realidad existe un cúmulo de emociones reprimidas que hoy han salido a la luz y, no se trata de ser indígenas, mestizos, negros, y demás, sino de mantener valores y principios que han sido perdidos por los actores políticos y un movimiento que demostró ser un grupo de terrorismo, saqueo y abuso que nos ha llevado a días de caos y tensión.

Iván Paredes

Los acontecimientos suscitados a partir del 3 de octubre del presente año, debe conducirnos a un momento de conciencia y reflexión, tanto, cuanto, que damos y hacemos en bien de la sociedad, como del mismo Estado que se debe a todo un conglomerado que ha decidido constituirle con el único fin de proteger y garantizar sus derechos dentro del marco de la democracia como poder del pueblo, pero que, en realidad esto último podemos evidenciar nunca se ha cumplido y, no es por el mismo Estado, sino más bien por el sistema endeble que permite que cualquier persona dirija y administre el bien público sin el menor escrúpulo, únicamente, mediante un conjunto de normativas y leyes que nadie respeta, más cuando, lo primordial es cuidar el patrimonio propio e individual que ha sido adquirido con mañas y corrupción.

Es justo y correcto que se elija un Presidente Constitucional de un par de personas que tienen un pasado deslucido, por decirlo menos, tanto en lo individual como en lo familiar, y no me refiero a las últimas elecciones presidenciales, sino a las del 2007, donde en momentos de shock social, escogieron a una persona que demostró todos los complejos y comportamientos negativos que un ser humano puede adquirir, trasladando aquello a otras personas con falta de criterio para destruir y arruinar el orden constitucional; lo peor de todo es que dicen hacerlo en bien del Ecuador, esto nos debe llamar a la reflexión, de cómo se está formando una sociedad que muchas veces hemos dicho de paz y unidad, cuando en realidad existe un cúmulo de emociones reprimidas que hoy han salido a la luz y, no se trata de ser indígenas, mestizos, negros, y demás, sino de mantener valores y principios que han sido perdidos por los actores políticos y un movimiento que demostró ser un grupo de terrorismo, saqueo y abuso que nos ha llevado a días de caos y tensión.

Iván Paredes

Los acontecimientos suscitados a partir del 3 de octubre del presente año, debe conducirnos a un momento de conciencia y reflexión, tanto, cuanto, que damos y hacemos en bien de la sociedad, como del mismo Estado que se debe a todo un conglomerado que ha decidido constituirle con el único fin de proteger y garantizar sus derechos dentro del marco de la democracia como poder del pueblo, pero que, en realidad esto último podemos evidenciar nunca se ha cumplido y, no es por el mismo Estado, sino más bien por el sistema endeble que permite que cualquier persona dirija y administre el bien público sin el menor escrúpulo, únicamente, mediante un conjunto de normativas y leyes que nadie respeta, más cuando, lo primordial es cuidar el patrimonio propio e individual que ha sido adquirido con mañas y corrupción.

Es justo y correcto que se elija un Presidente Constitucional de un par de personas que tienen un pasado deslucido, por decirlo menos, tanto en lo individual como en lo familiar, y no me refiero a las últimas elecciones presidenciales, sino a las del 2007, donde en momentos de shock social, escogieron a una persona que demostró todos los complejos y comportamientos negativos que un ser humano puede adquirir, trasladando aquello a otras personas con falta de criterio para destruir y arruinar el orden constitucional; lo peor de todo es que dicen hacerlo en bien del Ecuador, esto nos debe llamar a la reflexión, de cómo se está formando una sociedad que muchas veces hemos dicho de paz y unidad, cuando en realidad existe un cúmulo de emociones reprimidas que hoy han salido a la luz y, no se trata de ser indígenas, mestizos, negros, y demás, sino de mantener valores y principios que han sido perdidos por los actores políticos y un movimiento que demostró ser un grupo de terrorismo, saqueo y abuso que nos ha llevado a días de caos y tensión.