Dolor inmenso

Jaime López

El articulista tiene al frente el pliego en blanco en el que debe graficar lo que siente, los ojos humedecidos por lágrimas vertidas, originadas en su alma y en su mente, más aún cuando la pantalla revela como han desgarrado sus órganos, su piel, su cuerpo creado con amor de años por varias generaciones y las de sus ancestros, y no puede empezar porque el dolor le impide y sabe que debe hacerlo, porque callar no es justo.

Si, cómo callar cuando mira a su capital, Quito y sus encantos destrozados, que tantas veces fueron las camisas con las que cubría su cuerpo, como callar cuando la sangre de sus venas ha sido derramada sin contemplación y puede paralizar su corazón, que es el nuestro, de todos los ecuatorianos, como callar si mira como los asesinos pretenden terminar con nuestra vida, y conducirnos a una guerra entre hermanos, que terminará extendiéndose, más de lo que ya lo han hecho, a nuestras comarcas y albergues donde los descendientes van a sufrir mucho más, porque no van a tener armas con las que puedan defenderse y castigar a los instigadores de la barbarie, inspirados por aquellos que usted, yo, la opinión internacional, sospechan y por qué no, saben quiénes son y con qué recursos cuentan para conformar este ejército de sicarios que empezaron recibiendo el pan y la gaseosa y que luego, muchos de ellos- no todos, utilizan gorras y máscaras y se convierten en asesinos vandálicos integrantes del terrorismo conformado en verdadero ejército, actúan diversificando los frentes, usan a los campesinos e indígenas como tontos útiles, aplican la guerra de guerrillas, inundan las plataformas con falsas noticias y wasaps, y destruyen lo que está planificado para eliminar documentos que pueden involucrarles, empezaron por la Contraloría, luego seguirán con fiscalías , la pasividad del Gobierno, Fuerzas Armadas y Policía son suficientes para no permitir que la solución, a lo que fue el reclamo inicial, se consiga mañana, que puede ser tarde.

Entonces algunos de ellos y algunas de ellas – como ya se produjo- encontrarán asilo diplomático, en los falsos “países amigos” para ir juntos a comer estiércol, buen provecho señora Rivadeneira, siga entonando su canción favorita, ojalá sus propiedades sean incautadas y su nacionalidad también. Le llegarán noticias de que la Unidad Nacional y la respuesta de todos, finalmente recuperaron al Ecuador y el loco del ático y sus secuaces están en la cárcel.

Jaime López

El articulista tiene al frente el pliego en blanco en el que debe graficar lo que siente, los ojos humedecidos por lágrimas vertidas, originadas en su alma y en su mente, más aún cuando la pantalla revela como han desgarrado sus órganos, su piel, su cuerpo creado con amor de años por varias generaciones y las de sus ancestros, y no puede empezar porque el dolor le impide y sabe que debe hacerlo, porque callar no es justo.

Si, cómo callar cuando mira a su capital, Quito y sus encantos destrozados, que tantas veces fueron las camisas con las que cubría su cuerpo, como callar cuando la sangre de sus venas ha sido derramada sin contemplación y puede paralizar su corazón, que es el nuestro, de todos los ecuatorianos, como callar si mira como los asesinos pretenden terminar con nuestra vida, y conducirnos a una guerra entre hermanos, que terminará extendiéndose, más de lo que ya lo han hecho, a nuestras comarcas y albergues donde los descendientes van a sufrir mucho más, porque no van a tener armas con las que puedan defenderse y castigar a los instigadores de la barbarie, inspirados por aquellos que usted, yo, la opinión internacional, sospechan y por qué no, saben quiénes son y con qué recursos cuentan para conformar este ejército de sicarios que empezaron recibiendo el pan y la gaseosa y que luego, muchos de ellos- no todos, utilizan gorras y máscaras y se convierten en asesinos vandálicos integrantes del terrorismo conformado en verdadero ejército, actúan diversificando los frentes, usan a los campesinos e indígenas como tontos útiles, aplican la guerra de guerrillas, inundan las plataformas con falsas noticias y wasaps, y destruyen lo que está planificado para eliminar documentos que pueden involucrarles, empezaron por la Contraloría, luego seguirán con fiscalías , la pasividad del Gobierno, Fuerzas Armadas y Policía son suficientes para no permitir que la solución, a lo que fue el reclamo inicial, se consiga mañana, que puede ser tarde.

Entonces algunos de ellos y algunas de ellas – como ya se produjo- encontrarán asilo diplomático, en los falsos “países amigos” para ir juntos a comer estiércol, buen provecho señora Rivadeneira, siga entonando su canción favorita, ojalá sus propiedades sean incautadas y su nacionalidad también. Le llegarán noticias de que la Unidad Nacional y la respuesta de todos, finalmente recuperaron al Ecuador y el loco del ático y sus secuaces están en la cárcel.

Jaime López

El articulista tiene al frente el pliego en blanco en el que debe graficar lo que siente, los ojos humedecidos por lágrimas vertidas, originadas en su alma y en su mente, más aún cuando la pantalla revela como han desgarrado sus órganos, su piel, su cuerpo creado con amor de años por varias generaciones y las de sus ancestros, y no puede empezar porque el dolor le impide y sabe que debe hacerlo, porque callar no es justo.

Si, cómo callar cuando mira a su capital, Quito y sus encantos destrozados, que tantas veces fueron las camisas con las que cubría su cuerpo, como callar cuando la sangre de sus venas ha sido derramada sin contemplación y puede paralizar su corazón, que es el nuestro, de todos los ecuatorianos, como callar si mira como los asesinos pretenden terminar con nuestra vida, y conducirnos a una guerra entre hermanos, que terminará extendiéndose, más de lo que ya lo han hecho, a nuestras comarcas y albergues donde los descendientes van a sufrir mucho más, porque no van a tener armas con las que puedan defenderse y castigar a los instigadores de la barbarie, inspirados por aquellos que usted, yo, la opinión internacional, sospechan y por qué no, saben quiénes son y con qué recursos cuentan para conformar este ejército de sicarios que empezaron recibiendo el pan y la gaseosa y que luego, muchos de ellos- no todos, utilizan gorras y máscaras y se convierten en asesinos vandálicos integrantes del terrorismo conformado en verdadero ejército, actúan diversificando los frentes, usan a los campesinos e indígenas como tontos útiles, aplican la guerra de guerrillas, inundan las plataformas con falsas noticias y wasaps, y destruyen lo que está planificado para eliminar documentos que pueden involucrarles, empezaron por la Contraloría, luego seguirán con fiscalías , la pasividad del Gobierno, Fuerzas Armadas y Policía son suficientes para no permitir que la solución, a lo que fue el reclamo inicial, se consiga mañana, que puede ser tarde.

Entonces algunos de ellos y algunas de ellas – como ya se produjo- encontrarán asilo diplomático, en los falsos “países amigos” para ir juntos a comer estiércol, buen provecho señora Rivadeneira, siga entonando su canción favorita, ojalá sus propiedades sean incautadas y su nacionalidad también. Le llegarán noticias de que la Unidad Nacional y la respuesta de todos, finalmente recuperaron al Ecuador y el loco del ático y sus secuaces están en la cárcel.

Jaime López

El articulista tiene al frente el pliego en blanco en el que debe graficar lo que siente, los ojos humedecidos por lágrimas vertidas, originadas en su alma y en su mente, más aún cuando la pantalla revela como han desgarrado sus órganos, su piel, su cuerpo creado con amor de años por varias generaciones y las de sus ancestros, y no puede empezar porque el dolor le impide y sabe que debe hacerlo, porque callar no es justo.

Si, cómo callar cuando mira a su capital, Quito y sus encantos destrozados, que tantas veces fueron las camisas con las que cubría su cuerpo, como callar cuando la sangre de sus venas ha sido derramada sin contemplación y puede paralizar su corazón, que es el nuestro, de todos los ecuatorianos, como callar si mira como los asesinos pretenden terminar con nuestra vida, y conducirnos a una guerra entre hermanos, que terminará extendiéndose, más de lo que ya lo han hecho, a nuestras comarcas y albergues donde los descendientes van a sufrir mucho más, porque no van a tener armas con las que puedan defenderse y castigar a los instigadores de la barbarie, inspirados por aquellos que usted, yo, la opinión internacional, sospechan y por qué no, saben quiénes son y con qué recursos cuentan para conformar este ejército de sicarios que empezaron recibiendo el pan y la gaseosa y que luego, muchos de ellos- no todos, utilizan gorras y máscaras y se convierten en asesinos vandálicos integrantes del terrorismo conformado en verdadero ejército, actúan diversificando los frentes, usan a los campesinos e indígenas como tontos útiles, aplican la guerra de guerrillas, inundan las plataformas con falsas noticias y wasaps, y destruyen lo que está planificado para eliminar documentos que pueden involucrarles, empezaron por la Contraloría, luego seguirán con fiscalías , la pasividad del Gobierno, Fuerzas Armadas y Policía son suficientes para no permitir que la solución, a lo que fue el reclamo inicial, se consiga mañana, que puede ser tarde.

Entonces algunos de ellos y algunas de ellas – como ya se produjo- encontrarán asilo diplomático, en los falsos “países amigos” para ir juntos a comer estiércol, buen provecho señora Rivadeneira, siga entonando su canción favorita, ojalá sus propiedades sean incautadas y su nacionalidad también. Le llegarán noticias de que la Unidad Nacional y la respuesta de todos, finalmente recuperaron al Ecuador y el loco del ático y sus secuaces están en la cárcel.